Un informe de dos ONG denuncia la muerte de más de 50.000
personas en 2011 por la tardía respuesta internacional a la hambruna
Nenos no campamento de refuxiados de Dadaab (Quenia) |
Más de 50.000. Ése es el número de vidas que se podrían haber salvado si la
comunidad internacional hubiera reaccionado a tiempo ante la crisis humanitaria
del Cuerno de África, según un informe publicado hoy por las ONG Intermón Oxfam y Save the Children.
Hace seis meses, la ONU declaró
en Somalia la primera hambruna del siglo XXI. Entonces se puso en
marcha la maquinaria internacional de ayuda de emergencia. Pero ya era
demasiado tarde.
El informe, Un retraso
peligroso denuncia que entre abril y agosto de 2011 murieron a
causa del hambre entre 50.000 y 100.000 personas, más de la mitad niños menores
de 5 años. Y esto a pesar de que la Organización para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) advirtió de la probabilidad de hambruna en agosto de 2010.
En total, más de 13 millones de personas en Somalia, Kenia y Etiopía siguen
afectadas por la catástrofe humanitaria y aún hay cientos de miles en riesgo de
sufrir malnutrición, cuyas consecuencias se dejan sentir durante generaciones.
Desencadenada por la mayor sequía en la región en 60 años pero también por
la continua guerra en Somalia, el mal Gobierno y el alza del precio de los
alimentos, la crisis provocó la pérdida de cosechas y la muerte de miles de
cabezas de ganado y condenó a millones de personas a la miseria.
La pregunta es obvia. ¿Por qué gobiernos y organizaciones internacionales
no reaccionaron a tiempo si ya había información al respecto?
Debido al miedo y al cansancio, según el documento, que apunta tres razones
más precisas: "Temor a equivocarse" y a perder dinero o prestigio,
"temor a ser demasiado intervencionista" en lugar de dejar a las
comunidades afectadas que se las arreglen solas, y cansancio por las continuas
sequías, "que fomenta una actitud de resignación".
"Sabemos que la acción temprana salva vidas, pero el miedo al riesgo
ha hecho que las organizaciones de ayuda se resistieran a gastar dinero hasta
estar seguras de que en efecto se estaba produciendo una crisis", comenta
Ariane Arpa, directora general de Intermón Oxfam.
El informe pide a Gobiernos, donantes, Naciones Unidas y las propias ONG
que actúen frente al riesgo y no esperen a reaccionar cuando ya existe la
crisis. Esta diferencia podría suponer salvar cientos de miles de vidas y
prevenir que generaciones enteras acaben dependiendo de la ayuda internacional
para sobrevivir.
"Todos tenemos que asumir nuestra responsabilidad ante la demora que
ha costado tantas vidas en África del Este. Debemos aprender las lecciones de
la respuesta tardía", insiste Arpa.
Esa es la siguiente pregunta. ¿Han aprendido la lección los actores
internacionales o se va a repetir la historia? En la región del Sáhel en el
África occidental la hambruna amenaza actualmente a millones de personas. En
Níger, las familias que viven en las áreas más afectadas ya cuentan con menos
comida, dinero y combustible de lo necesario para sobrevivir, según un estudio
realizado por Save the Children.
Pero parece que esta vez sí se está reaccionando a tiempo. El presidente de
Níger, Mahamadou Issoufou declaró ayer que “la Unión Europea ha tomado medidas
urgentes que han permitido reconstituir las reservas de cereales”.
Además, está previsto que la comisaria europea para la Ayuda Humanitaria,
Kristalina Georgieva, anuncie hoy precisamente en Níger una ayuda de 200
millones de euros para combatir el hambre en este país, Chad, Mauritania, Mali
y Burkina Faso.
Pero si el caso del Sáhel parece ser la cara, entonces la situación en
Sudán es la cruz.
"Si no se produce una entrega sustancial de ayuda para marzo, Kordofán
del Sur y Nilo Azul (dos regiones sudanesas) se situarán a un paso de sufrir
una hambruna a gran escala”, advirtió ayer la embajadora de Estados Unidos en
la ONU, Susan Rice.
Ambas regiones son el escenario de enfrentamientos armados entre el Gobierno de
Sudán y grupos rebeldes que lucharon contra Jartum y junto a Sudán del Sur
en la guerra civil, pero que siguieron perteneciendo al norte cuando el sur
obtuvo su independencia en julio.
Rice denunció que el régimen de Jartum no permite la
entrada de personal humanitario en estas zonas, por lo que queda pendiente
saber cómo reaccionará la comunidad internacional ante el riesgo de que una
nueva hambruna en África condene otra vez a muerte a decenas de miles de
personas.
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