Los retoques fotográficos son tan antiguos como la propia
fotografía
EVA SÁIZ
Washington 30 OCT 2012 - 10:32 CET
Un hombre haciendo malabares con su propia cabeza, otro sujetando a once
personas sobre sus hombros… Imágenes inverosímiles como estas ya existían a
finales del siglo XIX. Se trataba de montajes extraordinarios que eran posibles
gracias a una técnica más rudimentaria pero igual de efectiva que la que hoy,
gracias a las nuevas tecnologías, está al alcance de cualquiera.
En la actualidad es prácticamente imposible dar con una foto en la que no
se hayan retocado cada uno de sus píxeles. Desde los pósters que cuelgan de
cualquier marquesina, hasta las instantáneas captadas por los móviles, la era
digital ha permitido que cualquiera pueda manipular cualquier imagen. Pero la
práctica de tratar las fotografías ya existía antes del Photoshop; de hecho, es
tan antigua como la invención de la cámara, tal y como pone de manifiesto la
exposición Altéralo.
La fotografía
manipulada antes de Photoshop, que el Metropolitan
Museum de Nueva York (MET) estrenó el pasado 11 de octubre y que
podrá visitarse hasta el próximo 27 de enero.
“Las fotografías de la muestra fueron alteradas usando una gran variedad de
técnicas, desde la exposición múltiple, hasta la combinación en el revelado, el
fotomontaje, la pintura de negativos...”, indica, a través del correo
electrónico, Alexandra Kozlakowski, responsable de prensa del MET. “La muestra
cuenta con alrededor de 200
imágenes y se divide en siete secciones en función de la intención
que llevó a sus autores a manipularlas”, explica.
La alteración de las primeras fotos que se pueden contemplar en la
exposición obedece al interés de los fotógrafos por compensar las limitaciones
de la técnica para lograr unas imágenes lo más similares a la realidad. “Para
aumentar la paleta monocroma de sus obras, le añadían pigmentos a los retratos
para dar una sensación de mayor verosimilitud”, señala Kozlakowski.
Las fotografías de la exhibición fueron tomadas, y manipuladas, entre 1840
y 1990 y a través de ellas el espectador asiste a la evolución de las técnicas
para falsear los negativos y las imágenes. “Son interesantes las secciones
dedicadas a la manipulación realizada por motivos políticos, como las de Ernest
Eugene Appert en 1871 y en las que se muestran las masacres cometidas durante
la Comuna de Paris o las publicadas durante el Gobierno de Stalin en las que la
purga de dirigentes soviéticos queda patente a través de la desaparición de sus
retratos de las fotos oficiales, un ejemplo de como un documento histórico
podía ser falsificado”, destaca Kozlakowski.
Otro de los apartados en los que hace hincapié Kozlakowski es el dedicado a
la fotografía de periódicos, revistas o publicidad, “muchas alteradas, mejoradas
o fabricadas por completo para representar sucesos que jamás tuvieron lugar”.
En esta sección se puede disfrutar de la famosa portada que
Erwin Blumenfeld fotografío para Vogue en 1950 o el retrato
múltiple que de Audrey Hepburn tomó Richard Avedon
en 1967.
Entre las 200 fotografías de la exposición hay trabajos
de Dora Maar, Grete Stern, Nerbert Bayer, Yves Klein, John Baldessari, Man Ray
o Jerry Uelsmann, artistas que hicieron del retoque y la manipulación
fotográfica un arte mucho antes de la aparición del Photoshop
Ningún comentario:
Publicar un comentario