El inminente centenario en 2014 del inicio de la Primera
Guerra Mundial provoca un renovado interés por el conflicto y la edición de
numerosas y valiosas revisiones
JACINTO ANTÓN
Barcelona 16 DIC 2013 - 01:23 CET
La terrible apoteósis de la trinchera y la alambrada. Fue una carnicería a
gran escala y significó el hundimiento de la civilizada Europa en una barbarie
como no se veía en el continente desde la Guerra de los Treinta Años. A punto
de entrar en el año del centenario de la Primera Guerra Mundial, que comenzó en
verano de 1914 y se extendió hasta noviembre de 1918, una nueva remesa de
libros llega para revisar aquella hecatombe, aquel largo túnel de sangre y
oscuridad, como lo denominó André Gide, que supuso el fracaso de los ideales de
una generación y una cosecha de destrucción y muerte inimaginables.
Cuatro imperios, el ruso, el austrohúngaro, el turco y el Reich
alemán habían desaparecido al acabar la contienda, junto con 9 millones de
combatientes, sin contar a los civiles. Fue una guerra que empezó fuerte: solo
en los primeros cinco meses de guerra de 1914 el ejército francés tuvo ya más
de un millón de bajas y los alemanes 80.000 únicamente en octubre en Ypres.
¿Quédan cosas por explicar de aquella guerra? Indudablemente. La senda que
condujo a ella no está aún clara. ¿Se podía haber ido en otra dirección?
¿Porqué el internacionalismo proletario no pudo vencer la corrtiente de
patriotismo nacionalista? Algunos teatros de operaciones han sido muy poco
estudiados, como el de la invasión de Serbia por el ejército austrohúngaro; y
otros merecen ser revisados.
Dos de los grandes (y apasionantes) libros que han abierto el fuego en la frontera
del aniversario son 1914. De la paz a la guerra, de Margaret MacMillan,
y 1914, el año de la catástrofe, de Max Hastings, ambos reconocidos
historiadores —y los dos lectores que, como muchos de los interesados en la
Gran Guerra, recuerdan (recordamos) con placer Los cañones de agosto (1962),
de Barbara Tuchman— . De acuerdo en muchas cosas, como en que los terroristas
serbios mataron al hombre equivocado aquel 28 de junio de 1914 pues el
archiduque Francisco Fernando se hubiera opusto a la guerra, en destacar la
estulticia del káiser Guillermo II, cuyo perfil psicológico bordeaba la
insanidad, el papel de la opinión pública (un factor nuevo en la Historia) y en
buscar los puntos de conexión con la actualidad, los enfoques de MacMillan y
Hastings son diferentes. Si la primera huye de maximalismos, se centra de
manera puntillista en intentar entender (y explicar) la cadena de
acontecimientos y decisiones que condujeron a que fracasara la paz, y afirma que
la guerra no era en absoluto inevitable, el segundo no duda en responsabilizar
a Alemania y afirma taxativamente que moralmente era justificable ir a la
guerra contra las potencias centrales como lo fue luchar contra los nazis en la
Segunda Guerra Mundial.
Hastings explica detalladamente los movimientos de los ejércitos mientras
que MacMillan, que resalta la importancia de los individuos en la Historia,
profundiza en las personalidades y sentimientos de los hombres que tomaron las
decisiones (recalcando de paso que no hubo ninguna mujer).
El aniversario nos pone de nuevo en el doloroso pero apasionante umbral de
aquel mundo de polius, pickelhaubes y bayonetas, de vieja guerra (“Le
pantalon rouge, c'est la France!”) devenida la nueva, tan letal, en la que como
dijo un general “tres hombres y una ametralladora pueden detener a un batallón
de héroes”. Un mundo en el que la temeridad política, que tantos réditos había
dado antes, el miedo mutuo —se atacaba en defensa propia— y el patriotismo
condujeron al desastre. Un mundo lleno de lecciones
La biblioteca de las trincheras
Son numerosos los libros que están apareciendo en
vísperas del cien aniversario de la Gran Guerra. He aquí una somera muestra de
algunos de los más interesantes.
1914-1918, de David Stevenson (Debate). Una historia completa de la contienda,
juzgada como “sublime” por Ian Kershaw, nada menos. Ideal para pasar de 1914
(donde nos dejan MacMillan y Hastings).
The Sleepwalkers: How Europe Went to War in 1914, de Chrisopher Clark (Penguin). Uno de los libros señeros
del aniversario. De nuevo la historia del estallido de la guerra y sus causas
de la mano de un grandísimo historiador que auna claridad científica con
extraordinaria calidad literaria.
Lawrence in Arabia, de Scott Anderson. Revisión de la revuelta árabe y de uno de los grandes
escenarios considerados “marginales” de la I Guerra Mundial, el de Oriente
Medio, sin el que es imposible comprender la realidad actual en esa zona.
Basado en cuatro años de nueva investigación. Apasionante.
The Complete Blue Max: A
Chronological Record of the Holders of the Pour le Merite, de Kevin Brazier (Pen & Sword). De acuerdo, una
excentricidad, pero una apasionante aproximación a la historia de la más alta
condecoración alemana de la I Guerra Mundial y a los que la obtuvieron como
Junger, Von Richthofen, Goering o Rommel.
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