La película 'Interferencias' analiza las causas de la crisis global y se estrena este viernes bajo licencia Creative Commons
PAU RODRÍGUEZ Barcelona 16/11/2011
Aunque sin apretar demasiado, pone el dedo en todas las llagas. Interferencias, la primera película con licencia Creative Commons que se estrena en España, es sólo la punta del iceberg de un proyecto que pretende fomentar el activismo de la mano del cine. Producida por dos ONG Fundación Quepo y el Observatorio de la Deuda en la Globalización, Interferencias cuenta con escasa trama, pero trata los principales problemas de la globalización deuda externa, cambio climático, explotación laboral, recortes sociales, con el objetivo de que el espectador tome conciencia y, a través de la web de la película, contacte con entidades que tratan estos temas.
La película, que se estrenará el próximo viernes en Barcelona, guarda una estrecha aunque casual relación con el Movimiento 15-M. Su rodaje coincidió con el inicio de las acampadas, y su director, Pablo Zareceansky, cuenta que tuvieron que readaptar el guión porque el mensaje final de la película, que invitaba a la gente a salir a la calle a protestar, "de pronto quedó anacrónico".
Las analogías con el 15-M son inevitables, puesto que el argumento de Interferencias versa sobre cuatro actores que, mientras preparan una obra de teatro sobre la deuda externa, toman conciencia de unas injusticias que desconocían. "La película refleja el proceso de gestación de un activista", resume el guionista, Albert Tola.
Saturación y desconcierto
Para poder interpretar su papel, los cuatro actores fueron sometidos, durante dos escasas semanas de rodaje, a una ingente cantidad de información sobre los abusos del sistema neoliberal, y su reacción, según contaron ayer, fue la misma que experimentan los protagonistas de la película mientras preparan su obra de teatro: saturación y desconcierto, seguidos de angustia y sentimiento de culpa.
En este punto, la ficción y la realidad se mezclan en un juego de espejos que no fue casual, pues Zaraceansky asegura que seleccionaron expresamente a unos actores que fueran ajenos al activismo y a los movimientos sociales.
El origen de Interferencias se remonta dos años atrás, cuando el Observatorio de la Deuda en la Globalización empezó un trabajo de documentación con la vaga idea de trasladarlo al terreno audiovisual. Evitaron recurrir al formato documental "para romper el círculo", en palabras de Iolanda Fresnillo, miembro del Observatorio, y llegar a otros públicos. Con este objetivo, según contó Fresnillo, se recurrió al lenguaje cinematográfico, más asequible, y cerca de 150 profesionales de la industria se volcaron, sin ánimo de lucro, en el proyecto, que culminó en tiempo récord: dos semanas de rodaje y medio año justo hasta su presentación en sociedad, que, de paso, coincidió con los seis meses desde el nacimiento del Movimiento 15-M.
"Acabada la película, ahora hay que trabajar en las propuestas de acción, en el material educativo, en la pedagogía...", recordó Fresnillo. O lo que es lo mismo: esperar a que los espectadores muerdan el anzuelo de la indignación.
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