Culmina la catalogación de las imágenes gallegas del noticiario franquista
IAGO MARTÍNEZ - A Coruña - 10/11/2011
Evita Perón en Santiago |
Franco era cualquier cosa menos fotogénico. Ya lo decía en los ochenta Ramón Saiz de la Hoya: "No tenía ningún ángulo bueno. No se le podía retratar nunca desde arriba, parecía una aceituna". El hombre sabía de lo que hablaba. Era el operador que más veces había seguido al dictador con su objetivo. Su cámara de cabecera. El único al que le permitía un primer plano. Hoy conocemos con precisión cuál era el truco, cómo conseguía De la Hoya evitar que el militar golpista pareciera minúsculo en la pantalla, al menos en sus numerosísimas visitas a Galicia. Eso, y mucho más. La Universidad de Santiago culmina estos días un exhaustivo inventario de las imágenes gallegas del NO-DO. Son cientos de folios, plano a plano. Quién aparece, cuándo fue, cómo se cuenta y qué estaba sucediendo fuera del noticiario franquista, el tragaluz de España durante cuatro décadas.
Han sido dos años de trabajo. A finales de 2009, un pequeño equipo coordinado por el catedrático José Luis Castro de Paz recibió el encargo de exprimir hasta el último fotograma las noticias del NO-DO relacionadas con Galicia, más de medio millar. El CGAI custodiaba desde hacía poco una copia de todo ese material en A Coruña gracias a un convenio entre la Xunta y el Ministerio de Cultura. La Filmoteca Española le había puesto los titulares, pero faltaba el resto. "No hay ningún otro trabajo de estas características, tan minucioso, en todo el Estado", asegura Castro de Paz. "Tiene una importancia capital, tanto para la Universidad como para la industria audiovisual. Medio siglo de imágenes en movimiento, al detalle. Un verdadero tesoro".
Dos investigadores, Héctor Paz y Natalia Alonso, han completado el cuadro. Peinando a contrapelo las hemerotecas y consultando a supervivientes de la época han reconstruido las circunstancias que rodeaban cada noticia. Por supuesto, Franco es el principal protagonista de las más de treinta horas de imágenes. La "atemporalidad" que buscaba el régimen está llena de sus inauguraciones de embalses y aeropuertos, sus competiciones de traineras, sus tardes de toros, sus partidos de fútbol, sus mensajes institucionales y las fiestas populares y ceremonias religiosas a las que acudía en Galicia. Pero también hay minutos dedicados a aliados en el extranjeros, como Eva Perón o Trujillo, y a sujetos relevantes de los poderes locales, como Pedro Barrié de la Maza.
Dentro de dos o tres meses, cuando las fichas se integren en una base de datos, el acceso al material habrá cambiado por completo. Se podrán encontrar con facilidad los personajes que se retrataban, ya fuese Manuel Fraga inaugurando un monumento, Luis Miguel Dominguín brindándole un toro al caudillo o Luis Aragonés jugando en Riazor. O saber cuántas piezas se habían filmado en Meirás antes del consejo de ministros que presidió el entonces príncipe Juan Carlos en 1974, con el dictador ya enfermo, y cuántas en los astilleros de Vigo y Ferrol. Y también buscar el material en función del género, el tema, la localización, el uso de la voz en off, los símbolos que aparecen o la forma de referirse a Franco del narrador.
Saiz de la Hoya no era el único operador del noticiario. Había muchos, y algunos con buena formación técnica. Lo demostraban en las noticias y en los reportajes, abundantes, sobre la vida cotidiana de los gallegos. Un día en Santiago, una hora en la factoría de Citroën en Vigo o siglos de procesiones de Semana Santa en Ponteareas. "Eran a menudo grandes profesionales, y en su trabajo se pueden rastrear influencias del cine de vanguardia europeo", argumenta el director del proyecto. "Algunos estaban vinculados a la disidencia política, y aunque evidentemente no podían hacer películas de oposición, sí introducían compejidades que sería interesante analizar".
El NO-DO era una herramienta de propaganda, pero nadie es capaz de controlar el objetivo de una cámara. Ni siquiera Franco. "Queda una huella de lo real en los gestos, las actitudes, el modo de andar, los fondos de plano, los testimonios, los cambios en las actividades y los lugares, y ahora lo que debemos hacer es una lectura histórica y antropológica de todo ese material", explica Castro de Paz. Esa es la segunda parte del proyecto, aún sin financiación: elaborar un discurso sobre las imágenes para un libro.
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