El clásico de Fritz Lang se proyecta restaurado y con 25 minutos inéditos
LAURA LUCCHINI - El País - 13/02/2010
Cuando Fritz Lang vio en 1928, en Londres, la versión de su Metrópolis cortada por los productores estadounidenses dijo: "Ésta es otra película". Ayer por primera vez después de más de 80 años, una versión casi integral y restaurada fue proyectada en la Puerta de Brandeburgo con ocasión de la 60° Berlinale. La película, con 25 minutos de secuencias inéditas encontradas en Buenos Aires en 2008, fue la tarta de cumpleaños para el aniversario del festival.
"Pensábamos que nunca recuperaríamos la versión original, hasta que, en 2008, descubrimos que un museo de Buenos Aires tenía una copia adquirida a finales de los años veinte", explicó ayer Eberhard Junkersdorf, director de la fundación Friedrich Wilhelm Murnau, que dirigió la restauración. La versión guardada en el museo del Cine Pablo Ducrós Hicken era 25 minutos más larga que las que se conocían hasta ahora. A la localización de la película siguieron varios meses de montaje. El proyecto costó en total 600.000 euros.
Después de su estreno alemán en 1927, el filme fue editado por los estudios Paramount con 30 minutos menos que el montaje original de Fritz Lang. La UFA (Universum Film AG), el estudio cinematográfico más importante de Alemania durante la primera mitad del siglo XX, también la cortó para la exportación. El original se perdió.
"¿Por qué siguen hablando de una película que ya no existe?", se preguntó una vez el director Peter Bogdanovich sobre Metrópolis. La respuesta está en la proyección de ayer, simultánea en el Friedrichstadtspalast y en la Puerta de Brandeburgo con la Rundfunk-Sinfonieorchester dirigida por Frank Strobel y en la Ópera de Fráncfort.
La historia que cuenta el filme está ambientada en el año 2000 en la ciudad de Metrópolis, donde la sociedad está escindida en dos clases, los que tienen el poder y los medios de producción, que viven en lujosos rascacielos, y los trabajadores, condenados a vivir en condiciones dramáticas. Freder (Alfred Abel), el hijo de Joh Fredersen (Gustav Frohlich), la persona que controla la ciudad, descubre los duros aspectos laborales de los obreros tras enamorarse de María (Brigitte Helm), una especie de santa venerada por los trabajadores que aconseja el amor y la no violencia para solucionar sus problemas.
Georgy, amigo y empleado de Freder, Schmale, su espía, y Josaphat, su secretario, son los tres personajes masculinos que ocupan gran parte de los momentos descubiertos. Dos de las secuencias desaparecidas son decisivas para estas tramas secundarias: en ellas Schmale busca las huellas de Freder y persigue por error a Georgy, quien sucumbe frente a las tentaciones del club Yoshiwara. Cuando Schmale se da cuenta del malentendido, intenta corromper a Josaphat para ocultar su error.
Más difíciles de reconocer son otras secuencias, añadidas al final de la película. Aportan más dramatismo a la espectacular inundación de la ciudad de los trabajadores y al vuelo de María.
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