venres, 6 de maio de 2011

Cuando el mundo era Lavadores


Una exposición rememora la historia del municipio antes de su anexión a Vigo
TERESA CUÍÑAS - Vigo - 22/04/2011
Vulcano, anos 30
Durante la primera mitad del siglo XX, el mundo se llamaba Lavadores para los 39.000 habitantes de las parroquias de Teis, Santa Cristina, Candeán, Cabral, Bembrive, Beade, Valadares y Zamáns. Ocho núcleos de población en los que durante décadas latió el corazón que impulsaba la pujanza de la maquinaria industrial de Vigo. La mano de obra que consolidó el entramado fabril vigués procedía, en buena medida, de los ayuntamientos vecinos de Bouzas y, sobre todo, Lavadores. El desarrollo industrial de Vigo y el menor coste de la vida en este último son las razones del extraordinario aumento demográfico de Lavadores, convertido en el mayor centro de población obrera del Val do Fragoso. El pasado 16 de abril se cumplieron 70 años de su anexión al Ayuntamiento de Vigo, consumada en 1941.
Los menores de 50 años desconocen esta historia independiente de Lavadores, como ayuntamiento propio, reconoce la museóloga Sonia Barciela, comisaria de la exposición Proxecto Lavadores que, hasta comienzos del próximo mes de junio, se puede visitar en Villa Galicia, sede de la Asociación Vecinal, Cultural y Deportiva de Lavadores. Hace unos meses, Barciela empezó a movilizar a sus vecinos para conseguir el medio centenar de fotografías que conforman la muestra. Instantáneas en blanco y negro datadas hasta los años sesenta, "porque hay acontecimientos, como la fundación del Grupo de Empresas Álvarez en Cabral, que, aunque ocurrieron después de la anexión, marcan la identidad de Lavadores", explica la comisaria.
Además de los testimonios en primera persona de los parroquianos y de sus recuerdos familiares, Barciela fundamentó el discurso expositivo en el volumen O antigo concello de Lavadores. Unha aproximación histórica, obra del historiador Xesús Giráldez Rivero. Esta entrega de la historiografía local se publicó por primera vez en 1987 y se reeditó en 2006 a instancias de la Asociación de Vecinos, gesto que evidencia el interés del colectivo en recuperar su memoria. Con cierta frecuencia, el análisis de una comunidad concreta se convierte en catalizador de la memoria colectiva y, si dicha comunidad fue despreciada en su esencia y negada en su existencia, el ejercicio de enfrentarse a su propio pasado puede volverse un elemento cohesionador del grupo, escribe Giráldez. Se trataba de recuperar una memoria escamoteada y todavía molesta, pues muchos se vieron obligados a repensar situaciones incómodas, y los sucesos del año 36, la supresión del antiguo concello o el abandono en el que permanecieron las parroquias de Lavadores desde la anexión no eran las más pequeñas", apunta el historiador, que será uno de los invitados al ciclo de conferencias que acompañará a la exposición. Su charla, prevista para el próximo 28 de abril, inaugurará la programación.
La necesidad de trabajadores para las fábricas conserveras, astilleros y negocios pesqueros de Vigo convirtió en empleados por cuenta ajena a muchas generaciones de lavadoreños; sin embargo, su nueva condición no olvidó su extracción campesina, ya que el medio rural pervivió en el término municipal. La leira y el ganado eran los trabajos que seguían después del toque de sirena de la factoría. Formaron un "campesinado simbiótico", como explica la comisaria durante las visitas guiadas que realiza cada lunes para los visitantes que acuden a Villa Galicia.
El mundo tradicional de las tareas del campo y la vida doméstica ocupa el primer bloque temático del recorrido por una historia no tan lejana en la que las mujeres solo se vestían de negro y acudían a los lavaderos públicos. Los obreros del astillero Vulcano y la salida de los trabajadores de Álvarez cuentan en el segundo capítulo, dedicado a la industrialización.
La intensa actividad política de Lavadores conforma el tercer hilo. "La Rusia chiquita" se llamó durante esa época al término municipal, no solo por la numerosa afiliación política a la izquierda de sus vecinos, sino por la extraordinaria actividad sindical de las organizaciones obreras y campesinas, que incluso alcanzaron el gobierno."En Lavadores, que las clases dirigentes fuesen de origen obrero o campesino fue un proceso natural", resume Barciela.
En paralelo, hubo importantes cambios socioculturales, como la creación de las avanzadas Escuelas Nieto, en las que los castigos físicos a los alumnos estaban tan ausentes como los crucifijos de las paredes, y la llegada del tranvía. Y apareció el ocio para unos obreros que tenían tiempo libre gracias a reivindicar la reducción de la jornada laboral. Las fotografías de corales, como Airiños do Mar, o de los clubes Gran Peña y Turista testimonian esa promoción de actividades culturales y deportivas en el viejo municipio.

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