La exposición muestra las fotos del alemán Hein Gorny y el estadounidense Adolph C. Byers.- El proyecto pretendía documentar la destrucción de la capital alemana
LAURA LUCCHINI - Berlín - 06/05/2011
Reichstag |
En 1945 el fotógrafo alemán Hein Gorny (1904-1967) colaboró con su colega estadounidense Adolph C. Byers (1913-1974), que residía en Berlín, en un rocambolesco y, para la época, impensable proyecto de documentar la destrucción de la capital alemana con imágenes artísticas aéreas. En tres viajes sobrevolaron la ciudad lacerada. Quisieron publicar un libro de las imágenes, pero el proyecto fracasó por la dificultad de encontrar un editor en la Alemania de la posguerra y las dramáticas condiciones de salud de Gorny. Hoy estas imágenes trágicas y espectaculares vuelven a vivir gracias a la obra de rescate de la galería berlinesa Regard, que expone a partir de hoy las impresiones originales y edita el libro que ambos fotógrafos no llegaron a publicar.
El coleccionista Marc Barbey, francés que reside en Berlín, ha explicado esta mañana que entró en contacto con la obra del fotógrafo alemán por primera vez hace tres años y empezó a interesarse por este exponente del "nuevo objetivismo alemán" en fotografía. En el curso de un trabajo de investigación, "me enteré de que en 1972, la exposición inaugural de una de las primeras galerías fotográficas de Europa -la alemana Spectrum- fue dedicada enteramente a este artista", asegura. "Empecé a excavar y me encontré con un catálogo asociado con este autor, lleno de imágenes de Berlín devastada", añade. El coleccionista viajó a la ciudad de Lüneburg, "una simple mirada me convenció para adquirir esta colección", dice, "fue la única forma de evitar que las imágenes se siguiesen vendiendo separadamente".
A esta primera adquisición pertenecen 18 impresiones originales en pequeño formato que documentan con una mirada aérea la devastación de la ciudad, desde la Puerta de Brandenburgo, al Reichstag (el Parlamento) y la Gedächtnis Kirche (la iglesia en recuerdo del emperador Guillermo), pasando por ese terreno desangelado que solo pocos años antes había sido el corazón pulsante de una de las metrópolis más modernas del mundo, la Potsdamer Platz. "A través de un análisis logramos reconstruir que las fotos fueron realizadas en tres viajes distintos", explica Antonio Panetta, comisario de la exposición, "Gorny logró hacerse acompañar por Byers, un fotógrafo estadounidense que había estado trabajando en Berlín para el ejercito, cuyo contacto posiblemente facilitó los viajes aéreos".
Captadas por los militares
"Existen imágenes aéreas de la destrucción de Berlín, pero en ningún caso tienen valor ni intención artística. Se trata por lo demás de imágenes tomadas por los militares", asegura Panetta, "por coherencia, y por su intención, es este un trabajo único". Según Panetta, fueron muchos los fotógrafos que documentaron la destrucción de Berlín, pero nadie en aquella época logró una publicación completa. "Debido a la guerra, fue imposible para casi todos ellos encontrar un editor para las fotos". En el caso de Gorny, la situación fue aún más difícil, porque "sabemos que ya desde la mitad de los años cuarenta estuvo gravemente enfermo, y pasó los últimos diez de su vida en condiciones dramáticas".
La galería Regard, un espacio acogedor situado en la pequeña Steinstrasse, en el barrio de Mitte, logró tras la primera adquisición, recopilar 74 impresiones originales del fotógrafo alemán. Casi todas documentan la destrucción de Berlín, no solo desde el cielo, sino también desde la calle. "Estas imágenes, con su insólito uso de las sombras, testimonian un nueva mirada, después del schock de la Segunda Guerra Mundial". Fue el último proyecto del artista alemán.
"Hoy estas imágenes tienen un valor histórico enorme. Berlín ha resucitado de las ruinas. Si se miran las fotos, hay que reconocer que fue un logro que se acerca al milagro. No sólo Berlín se ha restaurado, sino que también se ha convertido en uno de los lugares más interesantes de Europa y del mundo", aseguró Barbey. La exposición está acompañada por la publicación del catálogo Hommage à Berlin, que cumple, 65 años más tarde, con el proyecto original de los dos fotografos. La exposición y la publicación se concibieron como "un tributo a lo que Berlín representa hoy".
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