Una película reconstruye la matanza de mujeres en Fuentes de Andalucía en 1936. El episodio da fe de la estrategia de terror aplicada por los fascistas durante la Guerra Civil
JUAN JOSÉ TÉLLEZ SEVILLA 08/05/2011 09:00
Hace 75 años, durante el turbio verano de 1936, 27 mujeres fueron asesinadas en una pequeña localidad de la provincia de Sevilla, Fuentes de Andalucía, a manos del fascismo alzado en armas. Hechos similares se repitieron durante aquel golpe de Estado que tardó en traducirse en guerra civil. Pero José Luis Tirado (Sevilla, 1955) lo ha usado como hilo conductor de su nueva película, Fuentes de la memoria.
"Cuando me planteo este tipo de documentales, me gusta partir de lo local para abarcar lo global", asegura este artista plural, en el amplio sentido de la palabra, que dio sus primeros pasos en la mítica revista La luna de Madrid y que cuenta con un sobrado pedigrí como dibujante, pintor, escultor o diseñador gráfico.
En Fuentes de la Memoria, bajo su sello habitual de ZAP Producciones, con Manuel P. Vargas como responsable del montaje y la banda sonora impactante de Fran M. M. Cabeza de Vaca, Tirado nos receta, a lo largo de 85 minutos, una larga batería de imágenes y palabras contra el olvido: "Hemos conseguido fotografías increíbles, como una portada triunfal llena de esvásticas nazis, o los nuevos amos del lugar,los falangistas, dando discursos a los niños por la calle".
"En Fuentes de Andalucía -afirma Tirado-, como en tantos otros lugares de España, no hubo guerra, sino que el golpe de Estado se impuso desde el primer momento con una estrategia clara de terror. No pretendían simplemente vencer, sino aniquilar. Y, en muchos casos, lo lograron".
En el caso de esta pequeña localidad sevillana, las ejecuciones sumarísimas comenzaron nada más proclamarse el autodenominado alzamiento por parte del general Franco, durante el mismo mes de julio. Inmediatamente, más de cien vecinos murieron por supuestos hechos de guerra, aunque ninguno de ellos hubiera apretado gatillo alguno.
"A las mujeres, por haber cobrado cualquier protagonismo durante la República, los falangistas las llevaban hasta el cortijo del Aguaucho, las obligaban a hacerles la comida y luego las violaban, las torturaban y las acababan matando y arrojando a un pozo al que cubrieron de cemento. Volvían al pueblo con sus bragas en la punta de los fusiles. Todo esto se supo porque ellos mismos lo contaron a los cuatro vientos, jactándose de su hazaña", rebusca entre sus recuerdos uno de los testimonios recogidos en la película.
"Mataron a toda la familia"
"A mi padre lo habían matado y después mataron a mi madre. Mataron a mi abuela, mataron a mi tía. Yo es que no comprendo, porque, no es que uno se conforme con la muerte de nadie, pero él estaba defendiendo una cosa, que entre dos siempre unos ganan y otros pierden. Él perdió, pero bueno, lo mataron. Pero lo que no se comprende es que mataran a la suegra, mataran a la cuñada y mataran a mi madre, vamos es que mataron a toda la familia", se duele en una de las secuencias del documental Virtudes Ávila, hija de Francisco Ávila, quien fuera primer teniente de alcalde de Fuentes en 1936 y que también fue asesinado. El mismo final que sufrió su esposa, Carmen Estanislao, que se encontraba embarazada. Su tía Josefa y su abuela Manuela Moreno también fueron fusiladas por los fascistas.
Convertida en una escalofriante película de miedo, la película llega a recrear, incluso, aquella masacre, muy parecida a otras que recorren la espina dorsal de toda la península: "La represión cubre un espectro amplísimo que comienza de inmediato. Igual aquí en el suroeste, que en Galicia", explica el historiador Francisco Espinosa.
La criba comienza de inmediato siempre y en todo momento controlada por la autoridad militar", prosigue Espinosa, consciente de que falangistas, requetés o pistoleros de la extrema derecha eran los ejecutores, pero las órdenes procedían de la jerarquía militar, con una voluntad clara de exterminio.
"Estrategia del terror"
"Lo que pretendo es, a partir de este suceso, analizar la estrategia del terror que se llevó a cabo en Andalucía, en Extremadura, en buena parte de Castilla, Galicia, Aragón, Rioja, Navarra, Baleares o Canarias, donde la única guerra que hubo fue la de las tapias y las cunetas", señala José Luis Tirado.
Su director define Fuentes de la memoria como "un relato coral contra el olvido". Algunos testigos de los hechos y familiares de las víctimas, historiadores y numerosos documentos ayudan a reconstruir aquellapesadilla.
Ahora, un monumento rendirá memoria a las víctimas de Fuentes de Andalucía, pero durante la dictadura sólo hubo silencio: "Toda esta matanza del verano y del otoño de 1936 no existe oficialmente. No existe porque no la inscriben en el Registro Civil. No inscriben a nadie, absolutamente a nadie. Y a su vez, las pruebas del delito, que son los cadáveres, los llevan a fosas comunes con paletada de cal. Esa es la constante en toda la provincia de Sevilla", afirma José María García Márquez, uno de los investigadores que participan en esta producción.
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