M. Á. BASTENIER 25/05/2011
Barack Obama pronunció el jueves pasado otro de sus grandes discursos normativos -a sabiendas de que la recepción del Gobierno israelí sería hostil-, en el que sostenía que solo una retirada de los territorios ocupados, basada en las fronteras de 1967, podía traer la paz. Pero en su lenguaje y en la tajante respuesta del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, había espacio para la interpretación. De ahí el interés de un diccionario para Oriente Próximo.
- Fronteras del 67. Israel había derrotado ese año a Egipto, Siria y Jordania, ocupado Jerusalén Oriental y el territorio al oeste del río bíblico bajo soberanía jordana, que se conoce como orilla occidental o Cisjordania. La parte árabe de la ciudad fue anexionada como "capital única e indivisible" del Estado sionista, pero Cisjordania, ocupada militarmente en su mayor parte, ha servido como colonia de poblamiento, aunque en este caso no se produjera la anexión. Obama no quería decir, sin embargo, que Israel tuviera que abandonar la totalidad de lo conquistado, sino que debía negociar con la Autoridad Palestina un canje de territorios: colonias a cambio de tierra israelí.
- Cambio demográfico. Netanyahu excluía cualquier negociación sobre esas fronteras, puesto que "el cambio demográfico" y "lo indefendible" de las mismas "lo hacían imposible". Altísima convicción en sus palabras, puesto que es Israel quien ha operado ese cambio demográfico, primero llenando la tierra de colonos -500.000 en medio de tres millones de palestinos- y luego argumentando que ya no hay quien pueda sacarlos de allí. Las fronteras de 1967 serán indefendibles, pero como Israel exige comprensiblemente la desmilitarización de cualquier entidad política palestina, no tendría nadie de quien defenderse. El presidente norteamericano Bush II dijo en una rueda de prensa con el entonces primer ministro israelí, Ariel Sharon, que "no era realista pensar en una retirada a las fronteras del 67". Y Netanyahu, lógicamente, no lo ha olvidado.
- Judea y Samaria. Nombre que el irredentismo israelí da a gran parte de los territorios ocupados (Cisjordania), como se los llama en la Biblia. Israel responde, a todos los que la acusan -la comunidad mundial casi al completo- de violar las convenciones internacionales que prohíben la colonización de territorios tomados por la fuerza, que no existe ocupación alguna sino solo "regreso", dos milenios más tarde. Cisjordania, con la Jerusalén anexionada, abarca menos de 6.000 kilómetros cuadrados, o un 22% de la Palestina que estuvo bajo mandato británico hasta 1948. Una resolución de la ONU asignaba entonces el 55% del país a los judíos y casi el 45% a los palestinos, con Jerusalén como corpus separatum y administración internacional. La guerra de 1948 consolidó esas fronteras en el 78% y el 22%.
- AP (Autoridad Palestina). Aparato autonómico, reconocido por Israel, que administra los servicios civiles en la Cisjordania no ocupada.
- Hamás. Movimiento integrista y terrorista de resistencia nacional que, tras un breve enfrentamiento con la Autoridad Palestina, domina en la franja de Gaza. Hamás observa religiosamente una tregua con Israel y se dice dispuesta a negociar la retirada a cambio de una hudna o cese el fuego indefinido, pero no a eliminar de su carta fundacional su objetivo histórico: la destrucción del Estado sionista.
- Gaza. Territorio mediterráneo que une Palestina con Egipto, de 40 kilómetros de longitud y 380 kilómetros cuadrados de extensión, corrientemente bloqueado por tierra, mar y aire por Israel.
- 242. Resolución de la ONU tras la guerra de 1967, que pide la retirada de Israel de todos los territorios ocupados, incluida Jerusalén Este.
- Refugiados. Los cuatro millones y pico de descendientes de los 700.000 palestinos que huyeron o fueron expulsados por Israel en las guerras de 1967 y 1973. La resolución 194 de la ONU pide que se les repatríe o compense si renuncian al regreso. Obama no los menciona.
- Negociaciones. En el libro de reciente publicación Las tribus de Israel, Ana Carbajosa reproduce un diálogo con una colona de los territorios, en el que la ocupante afirma sin ningún aspaviento que "hay que hacer ver que se negocia con los palestinos, porque eso es lo que quiere Estados Unidos".
Nada de todo ello parece que pueda impedir que la AP pida a la Asamblea General de la ONU que en septiembre vote la creación de un Estado palestino, aunque sea de pura retórica. Obama, que coincide con Israel en no desear semejante desaire, diríase que se limitaba a dejar constancia de su posición de principio. En todos los asaltos de la pugna en Oriente Próximo el ganador ha sido Benjamín Netanyahu.
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