Un libro reúne por primera vez el trabajo de los fotorreporteros españoles en las guerras
MANUEL MORALES - Madrid - 17/05/2011
Mogadiscio 2007, José Cendón |
Los soldados, los bombardeos, el sufrimiento de los civiles, ciudades en ruinas, los muertos... Fotógrafos de todos los países y épocas han dado testimonio de las guerras. Sin embargo, hasta ahora no había un libro que recogiese el trabajo de los fotorreporteros españoles en el frente. Para llenar ese vacío se publica Fotoperiodistas de guerra españoles, un libro sobre "cómo se han cubierto los conflictos por fotógrafos de aquí", ha explicado hoy Rafael Moreno, periodista y profesor de Periodismo en la Universidad Complutense, uno de los autores de esta obra.
El otro artífice de Fotoperiodistas de guerra españoles -editado por Turner y el Ministerio de Defensa- es Alfonso Bauluz, corresponsal en medio mundo, quien ha destacado "la calidad excepcional" de los fotógrafos españoles cuando han tenido que reflejar con sus cámaras las guerras. El libro -que se presentará en la Feria del Libro de Madrid el 30 de mayo- sigue un orden cronológico, desde "el pionero" en este género en España, Enrique Facio, con sus instantáneas de la guerra contra los rifeños en 1859-60, hasta la actualidad, la lucha en Libia, con las imágenes de Mikel Ayestaran de familias subidas en los tanques celebrando el retroceso de las fuerzas de Gadafi.
En la presentación del libro, entre los 52.000 volúmenes de la Biblioteca de la Escuela de Guerra, se ha destacado la obra de grandes de la fotografía española como Pepe Campúa, con sus fotos de la ciudad de Gernika tras el bombardeo de la legión Cóndor alemana; las instantáneas en el bando republicano en la Guerra Civil de José María Díaz Casariego, que acabó trabajando en la Hemeroteca Municipal de Madrid, purgado por el franquismo. O cómo no recordar la célebre foto de Bartolomé Ros -"un fotógrafo al servicio del Ejército africanista"- en la que unos histriónicos Franco y Millán-Astray entonan cánticos legionarios.
La guerra, edad de oro
La Guerra Civil es la segunda edad de oro del fotoperiodismo español -"la primera fue la de las guerras en el norte de África"-, un periodo del que Moreno y Bauluz quieren "reivindicar la mirada" de fotógrafos como Juan José Serrano, que retrató el avance de las tropas franquistas en Andalucía; o el "compromiso" de los Hermanos Mayo. De estos hay en el libro una foto de una niña en Madrid, con el brazo en cabestrillo y la mirada perdida, caminando entre las ruinas de su casa, que no necesita de una sola palabra para describir el horror de la guerra.
En ese trienio tan negro también construyó su gran obra fotográfica Agustí Centelles, "la gran referencia gráfica española de la Guerra Civil", dicen los autores del volumen. De este valenciano afincado en Barcelona se recuperan, entre otras fotos, unos contactos de los bombardeos de las tropas franquistas en Lleida.
Con la dictadura se entró en una etapa de vacío hasta que surge el madrileño Enrique Meneses, que consiguió las históricas fotos de los entonces guerrilleros Fidel Castro y Ernesto Che Guevara en la Sierra Maestra cubana, antes de derrocar a Batista. Para Bauluz, "Meneses es el padre de los fotógrafos contemporáneos españoles de guerra". Y de ahí a los conflictos de las últimas décadas, retratados por hombres como el cordobés Gervasio Sánchez -"de una independencia feroz"-, Javier Bauluz; Enric Martí, del que se ha seleccionado una foto que deja el alma en el suelo: un niño tiroteado y muerto por un francotirador en Sarajevo; y, por fin, una mujer, la barcelonesa Sandra Balsells.
Muertos en conflictos
Los promotores de Fotoperiodistas de guerra españoles han querido también recordar a los muertos con la cámara en los conflictos: Juantxu Rodríguez, quien informaba para EL PAÍS junto con Maruja Torres de la invasión estadounidense en Panamá; Jordi Pujol, caído en Sarajevo, y Luis Valtueña, en Ruanda.
El profesor Moreno ha calificado a estos reporteros como "gente especial, dura emocionalmente y, a la vez, con gran sensibilidad". Mientras que Bauluz ha concluido lamentando que la obra de los fotorreporteros españoles "no tenga cabida en los medios de comunicación, que no están a la altura de ellos", y con un consejo para los jóvenes que quieran embarcarse en este trabajo: "Lo mejor es ir con una ONG a conocer el país, la lengua, comprobar cómo viven sus gentes... solo entonces estarán preparados para ir a cubrir una guerra".
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