La
Generalitat se dispone a eliminar los 7.700 que hay
FERRAN CASAS
Barcelona 01/10/2010
Catalunya dio ayer un
nuevo paso en la eliminación de sus símbolos franquistas. El Memorial
Democràtic, una institución pública a cargo de las políticas de memoria
histórica del Govern, presentó el censo sobre vestigios ornamentales del
régimen que ha estado elaborando en los últimos tiempos.
En total se han censado
7.700 símbolos franquistas en Catalunya que conforman un catálogo
consultable en la web memorialdemocratic.gencat.cat. De ellos, 4.000 fueron
inventariados en su día por el Ayuntamiento de Barcelona. Sobre el total, el
93% son placas de vivienda con el yugo y las flechas de la Falange de las
antiguas viviendas sociales del franquismo. Pero también hay 41 placas de
calles y plazas, 38 monumentos, 26 cruces y 20 grabados o relieves vinculados
directamente a la dictadura.
¿Y para qué servirá el
censo? Son los ayuntamientos los que, según la Ley de la Memoria Histórica del
año 2007, deben retirar la simbología que enaltezca el fascismo de sus calles,
tal y como ya ha hecho el del Barcelona. Con el censo elaborado por expertos de
las universidades a partir de un trabajo de campo en 185 municipios se
dan además directrices para hacerlo.
La idea del Govern es
"facilitar" las cosas a los municipios algunos con pocos recursos
para políticas de memoria según explicaron los responsables del Memorial.
Placas retiradas
Ahora el Govern convocará
ayudas para la recuperación del patrimonio memorial y Adigsa, la empresa de
vivienda pública de la Generalitat, ayudará a las comunidades de propietarios a
retirar de sus fachadas las placas con el yugo y las flechas. De hecho, a
través de la empresa pública ya se han retirado más de 2.800 placas desde
2005. Para retirarlas, las comunidades se deberán dirigir a los
ayuntamientos.
Las demarcaciones con más
simbología franquista son Barcelona seguida por Girona, que no llega a mil
registros. La pequeña población de Gandesa (3.200 habitantes), capital de la
comarca de la Terra Alta, es la que cuenta con más monumentos fascistas: 23 en
total.
Un hecho que la profesora
de la Universitat Rovira i Virgili Montserrat Duch atribuyó a unas
"heridas de un pasado aún reciente". La comarca en cuestión fue
escenario de diversas matanzas entre bandos y uno de los escenarios de la
decisiva Batalla del Ebro en verano de 1938.
Duch
recordó que con sus placas y monumentos la dictadura practicó una
"intensiva e imperativa política de memoria, una violencia simbólica"
que, entre otras cosas, pasó por presentar sólo unas víctimas, las franquistas.
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