70 años
después de que los nazis se lo confiscaran a su familiar, David Cassirer exige
al Estado español la devolución del Pissarro del Thyssen
CONXA
RODRÍGUEZ Londres 10/10/2010
La salud de Claude
Cassirer, nacido en Berlín en abril 1921, se ha apagado. Murió la semana
pasada en San Diego (EEUU) sin haber recuperado el cuadro La calle de San
Honorato al mediodía. Efecto de la lluvia, pintado por Camille Pissarro
y adquirido por el Estado español al barón Thyssen-Bornemisza. Por él luchó
judicialmente en los últimos años de su vida. El lienzo había pertenecido a su
abuela, que lo entregó a los nazis por una cantidad ínfima, en un caso de venta
forzada, para comprar los visados que la llevaron a Inglaterra. Ahora su hijo
David (Cleveland, Ohio, 1954) ha tomado las riendas del caso. "Lucharé por
el Pissarro hasta el final porque pertenece a mi familia", asegura.
Unos días antes de morir,
Claude habló con Público sobre su infancia en Berlín, la salita de estar
de su abuela Lily en la que colgaba el cuadro en disputa, valorado ahora
en unos 20 millones de euros, y su determinación por conseguir la pintura.
Claude quedó huérfano de
madre y se crió con su abuela Lily hasta que el régimen nazi persiguió a la
familia judía: unos murieron en el Holocausto y otros sobrevivieron. El nieto
ha pasado varios años pidiendo al Gobierno español y a la Fundación
Thyssen-Bornemisza la devolución del lienzo que, según él, robaron a su
abuela Lily.
David explica que "en
los últimos 15 años la tendencia de gobiernos, museos y particulares en todo el
mundo ha sido la devolución del arte incautado por los nazis. En el caso de
nuestro Pissarro, la pintura pertenece a mi familia porque fue robada
por los nazis a mi bisabuela en 1939. Yo lucharé por ella hasta el final, el
pago de una compensación para mí es inaceptable".
Claude, padre de David,
huyó a EEUU en la II Guerra Mundial. Después su abuela Lily se trasladó también
a América y convivió con su nieto y bisnietos, David y su hermana Ava
(Cleveland, 1951), hasta su muerte en 1962. "Me acuerdo perfectamente de
mi bisabuela Lily viviendo con nosotros y explicando la historia de un Cézanne,
un collar o un mueble que había salvado de sus pertenencias en Alemania. Mi
bisabuela Lily es parte de mi vida, como el cuadro de Pissarro es parte
de la vida de mi padre", explica David desde su casa en Telluride,
Colorado (EEUU).
Según la documentación del
museo Thyssen, el cuadro fue adquirido por el barón en 1976 a través de la
galería Joseph Hahn de París. Punto final, a tenor de los catálogos oficiales,
a la procedencia de la obra pintada en 1897 por el artista impresionista que
tan hábilmente captó el efecto de la lluvia sobre el pavimento parisino.
David establece relaciones
entre el nazismo y el arte confiscado a los judíos, aunque no demuestra ningún
enlace directo entre el barón Thyssen y el Pissarro en litigio. "Para
mi padre fue una ofensa que la familia que colaboró con el nazismo y contribuyó
al Holocausto resultara ser la que tiene el cuadro de su abuela. Yo no
puedo creer que un coleccionista de la talla del barón Thyssen no supiese que
se vendía arte robado por los nazis o no quisiese conocer la procedencia de las
obras que compraba. Todas las personas que se mueven en el mundo del arte saben
que hay arte robado en el mercado. ¿El barón no lo sabía? Siendo un
coleccionista de la envergadura que era, ¿o los comisarios de su museo de
Lugano, o sus asesores?", se pregunta David una y otra vez ante el
beneficio de la duda que se merece Heinrich Thyssen-Bornemisza (1921-2002).
La familia Cassirer fue
relevante en el centro de Europa en el campo industrial, editorial y del arte.
Varios galeristas del clan patrocinaron a los impresionistas y el arte moderno
de los siglos XIX-XX.
A la tumba sin el cuadro
Claude Cassirer confiaba
antes de su fallecimiento en que la justicia finalmente prevalecería.
"España cumplirá con su deber y nosotros con el nuestro. Yo, a pesar de mi
edad y mi salud, cada vez más achacada, espero ver el final del problema",
resaltó. No fue así, pero su hijo David sí espera que el cuadro vuelva a casa.
El Gobierno español firmó
los acuerdos de Washington de 1998 que establecen que los países signatarios se
comprometen a devolver el arte robado por los nazis y a facilitar soluciones a
las disputas sobre propiedad. David alude a este compromiso internacional y
aduce que "España no cumple con el resto del mundo porque ha firmado
acuerdos internacionales que en este caso ignora completamente".
La familia Cassirer se
enteró en diciembre de 1999 de que Calle San Honorato al mediodía. Efecto de
la lluvia pertenecía a la familia Thyssen entonces ya era propiedad del
Estado español por una conocida de Claude, que vio una foto del lienzo en el
catálogo de una exposición con la referencia: "Perteneciente al barón
Thyssen-Bornemisza de Lugano". El cuadro aparecía 60 años después, de
1939 a 1999. Ahí empezó el trabajo de detective de Claude.
Desde 1999 a 2005, la
familia Cassirer contactó a través de abogados con el museo Thyssen y con
Gobierno español, propietario de la colección adquirida en 1993 por 271
millones de euros (en total la operación Thyssen costó 361 millones de
pesetas).
Los contactos no
progresaron y se inició el proceso judicial que continúa hasta hoy en EEUU. La
posición española, que ha rechazado una compensación, mantiene que la
reclamación no tiene fundamento y que el cuadro pertenece al Estado español.
España alegó inmunidad ante los tribunales americanos.
Vendido por 360 dólares
La Comisión para la
Recuperación de Arte ha ayudado a los Cassirer a formar el marco legal e
histórico para reclamar la devolución de la obra. Claude y su hijo David saben
que Lily vendió el cuadro a los nazis por 360 dólares para comprar los visados
a Inglaterra.
En 1943, la Gestapo
subastó la pintura y en 1958 el Gobierno alemán reconoció que era propiedad de
Lily. La compensó con 60.000 euros. Ella murió sin haber encontrado el lienzo
que buscaba y manteniendo, según el Gobierno alemán, la propiedad de la obra de
Pissarro.
El
último paso en el largo proceso judicial se produjo el pasado mes de agosto al
dictar sentencia el Tribunal de Apelación a favor de los Cassirer, reconociendo
que España no es inmune a ser demandada para la devolución de esta pintura.
Un tribunal de once jueces sentenció por nueva a favor y dos en contra del
Estado español. Stuart Dunwoody, abogado de los Cassirer, espera los últimos
trámites de la sentencia para continuar con la demanda en las próximas semanas.
Por su parte, el abogado Thadeus Stauber, representante de la Fundación
Thyssen, declaró a The Art Newspaper que "esperamos tener la
oportunidad de presentar el historial completo del cuadro para confirmar la
legítima propiedad de la obra por parte de la fundación".
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