Un libro con textos de Sampedro, Garzón, Mayor Zaragoza y Escolar, entre otros, busca concienciar y provocar una reacción frente a las medidas neoliberales impuestas como única salida a la crisis
JESÚS ROCAMORA Madrid 25/03/2011 22:21
De la indignación a la acción. Hace un mes salía a la venta en España ¡Indignaos!, un librito que se levantaba contra la indiferencia de los ciudadanos ante el retroceso de las democracias modernas, un llamamiento ante la pasividad: "La peor actitud es la indiferencia", pedía a los más jóvenes el autor del panfleto, Stéphane Hessel, de 93 años. Y como si cogiera el testigo, un nuevo libro trata ahora de dar un paso más a favor del grito de guerra, más allá de llevarse las manos a la cabeza: se trata de Reacciona, que Aguilar editará en unas semanas.
Reacciona es una obra coral, coordinada por la periodista Rosa María Artal, en la que han participado representantes de diferentes generaciones y ámbitos profesionales: José Luis Sampedro, Federico Mayor Zaragoza, Baltasar Garzón, Juan Torres López, Àngels Martínez i Castells, la propia Artal, Ignacio Escolar, Carlos Martínez Alonso, Javier López Facal, Javier Pérez de Albéniz y Lourdes Lucía. Como dice Hessel, encargado aquí de prologar el tomo, "es tiempo de democracia genuina"; "es hora de actuar".
El sistema está enfermo
Los convocados tenían un objetivo: "Dirigirnos a la sociedad en general, y a los jóvenes en particular, intentando concienciar y provocar una reacción frente a las medidas neoliberales impuestas como única salida posible a la crisis", escribe Sampedro. Arma de doble uso, Reacciona mezcla el lenguaje didáctico con uno más práctico que apela al lector y le da herramientas para enfrentarse a unas medidas que afectan a su calidad de vida. Porque "es una falacia hablar de crisis financiera únicamente. La crisis es política. La crisis es del sistema de vida occidental". Según Sampedro, "estamos viviendo en pleno ocaso del mundo en que vivieron nuestros padres", debido a "un afán de saqueo propio de las hordas bárbaras" de manos de los financieros culpables de la crisis. Como dice Artal, "el sistema en el que vivimos está gravemente enfermo". El resultado es demoledor.
El prólogo de Hessel marca de manera indirecta los tres ejes que recorren el libro. El primero sería el contexto mundial de la crisis, con especial atención a lo peculiar del caso español, la burbuja inmobiliaria, el recorte de derechos sociales y las pensiones y las penosas condiciones laborales. Un mundo donde los organismos supranacionales han sido despojados de todo valor ("Europa está en coma, como así lo demuestra su apatía ante los grandes problemas", escribe Sampedro). Donde las naciones han dejado el camino libre a una economía que no es productiva sino que hace de la especulación su principal actividad y que promueve el tráfico de toda índole (drogas, armas, patentes, personas). Donde se siguen sin erradicar, tal y como se prometió ante la crisis, los paraísos fiscales y donde el secreto bancario sigue blindado. Donde los valores democráticos se han sustituido por otros capitalistas.
En su texto, el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla Juan Torres López se centra en las mentiras más divulgadas y efectivas sobre la crisis, lanzadas con un objetivo: "La desmovilización ciudadana ante el reforzamiento del poder de los de siempre". Mentiras como "nadie pudo prever la crisis". "Muchos economistas adelantaron lo que iba a ocurrir", escribe Torres López. Pero las autoridades "se cruzaron de brazos" porque "lo que buscaban no era servir a los intereses públicos sino a las grandes empresas".
Por encima, la mentira más gorda: "Hay que salvar a los bancos". Para Torres López, los bancos han conseguido que se apliquen "medidas liberalizadoras que venían esperando conseguir desde hace años a pesar de que no tenían nada que ver con los problemas que habían originado la crisis": financiación a costa de derechos sociales, del mercado de trabajo, de las pensiones y de los servicios públicos.
Una sociedad anestesiada
Otro eje de Reacciona es el político, que pretende combatir la apatía ante la actitud de gobiernos y partidos. Se coincide en una fecha fundamental, "el gran antecedente de esta crisis": la políticas privatizadoras de Reagan y Thatcher: a partir de entonces, "los valores democráticos, los principios éticos por lo que tantos habían luchado, hasta dar su propia vida, la justicia social en primer lugar, se sustituyen por el mercado", según Federico Mayor Zaragoza, director general de la Unesco desde 1987 hasta 1999 y exministro de Educación y Ciencia.
En la privatización centra su texto Àngels Martínez i Castells, doctora en Ciencias Económicas y profesora de Política Económica de la Universidad de Barcelona: desde Carlos Solchaga, "quien inició en 1985 la oleada privatizadora" a nuestros días. "Las privatizaciones facilitaron el camino de la mundialización poniendo en pocas manos (privadas) las empresas más rentables, los recursos fundamentales para el funcionamiento del sistema, el agua, el gas, el petróleo". Para Martínez i Castells, algunas privatizaciones de empresas públicas son "un robo con desfalco que debería figurar en el Código Penal".
Baltasar Garzón se centra en la corrupción en un contexto político donde la propaganda y la manipulación de los partidos "anestesian la memoria de los ciudadanos para conseguir el olvido o, al menos, la condescendencia" ante sus actos. Garzón pide un "contrato de los políticos con los ciudadanos" para rendir cuentas de su actuación.
Y si Garzón pide atención para que "los jóvenes y los niños conozcan desde las escuelas los hechos históricos" ocultados en España durante 40 años y Martínez i Castells hace "un llamamiento concreto a las mujeres", el periodista y columnista de Público Ignacio Escolar se dirige a "la generación estafada": "Esta nueva gran depresión ha infectado una fractura generacional que expulsa del sistema, hacia la miseria, a esa juventud a la que pomposamente se llamó ‘la generación mejor preparada de la historia de España' y que hoy vive de sueldos mileuristas y de la caridad familiar".
Escolar refleja estadísticas y datos escandalosos: los jóvenes españoles se tendrán que jubilar a los 67 en una España con "récord absoluto de paro juvenil del mundo civilizado: un 40,06 % en enero de 2011" y un salario medio por debajo de los 16.000 euros. Ello, dice Escolar, nos puede llevar a lo que el presidente del Foro de Davos, Klaus Shwab, avisó a finales de 2010: "La situación en España podría derivar en una nueva revolución juvenil, en un nuevo mayo del 68".
Revolución y redes sociales
El tercer eje se refiere a la responsabilidad de los medios de comunicación y el papel de nuevas herramientas sociales. Para Rosa María Artal, los medios no han conseguido convertirse en "remedio" contra la crisis. Lo contrario: "Su consigna prioritaria: trivializar, fabricar productos asequibles que rentabilicen la inversión". Unos medios que se han vaciado de crítica e información y se han llenado de opiniones y de notas de prensa de los partidos políticos, que se han acostumbrado a las ruedas de prensa sin preguntas.
Como todos los integrantes de Reacciona, Artal no duda del papel de internet en este escenario: "Por primera vez en la historia, toda la humanidad puede estar -y terminará estando- comunicada". Las redes sociales tienen sus riesgos (los medios caen "en la frivolidad de convertir en noticia una conversación de Twitter") y no derrumban gobiernos por sí, pero "con un balance positivo podemos afirmar que internet sí representa ¡un inmenso peligro!: la sociedad habla entre sí, al instante si quiere. Los minoritarios poderes establecidos tiemblan y quieren cercenarlo". ¿Y Wikileaks? "Otro ejemplo que ha evidenciado también la deriva del periodismo actual, que no investiga, ni se enfrenta seriamente al poder para servir a la sociedad, como manda su misión".
Reacciona se completa con dos capítulos centrados en la ciencia, a cargo de Carlos Martínez y Javier López Facal, profesores de investigación del CSIC, y en la cultura, por el periodista Javier Pérez de Albéniz ("la destrucción de la educación pública es el problema número uno de este país, de cualquier país, por encima incluso del paro, del terrorismo, de la corrupción política").
Y se cierra con la jurista
Lourdes Lucía, para quien "vivimos una auténtica contrarrevolución social". Frente a armas de dominación masiva como el miedo, el individualismo, el fomento al desprecio a la política y la democracia ("es mejor que los ciudadanos no participen, no pregunten, no controlen") y el omnipresente dinero, apunta, dispara y acierta: "Es necesario cambiar la lógica del máximo beneficio individual [...]. La atomización del trabajo, la precariedad de las condiciones laborales nos conduce al aislamiento, al enfrentamiento y a la indiferencia [...]. Hay que recuperar la comunicación directa con los demás, vernos, hablar y actuar unidos"
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