luns, 19 de outubro de 2009

El final de la República

REPORTAJE: LECTURA

Ángel Viñas y Fernando Hernández reconstruyen el desastre republicano en la Guerra Civil, centrado en el golpe del coronel Casado y el mito del dominio comunista sobre Negrín

El País- 18/10/2009



Sobre el final de la Guerra Civil se dispone de una abundante literatura. Está, en gran medida, teñida por los testimonios de vencedores y vencidos. Entre los primeros predominan el júbilo y la mitologización. A la alegría de la VICTORIA se unieron las múltiples y variadas leyendas que presentaron el conflicto como una lucha por la salvación de España y para evitar que la PATRIA (siempre con mayúsculas) fuese a caer en las garras de Moscú. Entre los segundos dominan las querellas durante los largos años del exilio; la angustia por determinar las responsabilidades de la derrota y los intentos de echarlas, en la mayor medida posible, sobre los demás.

(...) La guerra fría, con sus exigencias políticas, ideológicas y militares, indujo a una amplia gama de historiadores, politólogos y simples propagandistas a presentar la guerra española no como un fenómeno precursor de la mundial sino como una muestra, afortunadamente fracasada, de la pugna sistémica. La Unión Soviética habría tendido a establecer en España una República popular avant la lettre, un anticipo de lo que el Ejército Rojo impuso en la Europa central y oriental por la fuerza de las bayonetas. Aunque dictador con rasgos a veces poco recomendables, Franco habría sido el "centinela de Occidente", el visionario que había sabido infligir la primera derrota al comunismo por la fuerza de las armas. En extraña coyunda, conservadores, libertarios, un amplio sector socialista, renegados comunistas, trotskistas y poumistas de gran imaginación llevaron a la literatura una interpretación sobre la Guerra Civil y su final que convenía y alegraba a todos, también a los franquistas. Culminó en tres mitos esenciales:

1. Los republicanos -bajo la férula del PCE y formalmente bajo un Gobierno dirigido por Negrín- mantuvieron la resistencia cuando ya nada quedaba por hacer. Sobre ellos recaen los muertos y la sangre derramada en los últimos meses de la contienda.

2. Ante la repulsa que en los mandos militares y en las organizaciones políticas despertaba tan absurda estrategia, Negrín preparó, en connivencia con los comunistas, un golpe de fuerza que le habría permitido poner bajo su control a los restos del Ejército Popular para así proseguir una resistencia desesperada, que sólo convenía a la URSS.

3. Afortunadamente, gente que no estaba tan alocada y era más sensible a las exigencias de la realidad preparó un golpe destinado a cortar tal deriva.

(...) Todavía hoy destacados historiadores del conservadurismo de habla inglesa argumentan que Negrín, el hombre de la resistencia contra Franco, habría sido, quisiéralo o no, un instrumento del PCE. Los comunistas españoles, lacayos de la Unión Soviética, se habrían comportado como vehículos transmisores de los deseos de Stalin a través de la Internacional Comunista (...).

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