venres, 30 de outubro de 2009

Los barrancos de la memoria


Un hijo de exiliados firma el primer gran filme sobre las fosas de la Guerra Civil

JESÚS RUIZ MANTILLA - El País - 30/10/2009

Recordar, desenterrar a los muertos es una cuestión de piel. De regenerar los huesos que inundan esas fosas anónimas, de cerrar heridas para no reabrirlas, de volver a revestir el olvido de dignidad. Con ese propósito, José Luis Peñafuerte, cineasta belga, hijo de exiliados españoles, se ha echado la cámara al hombro para rodar durante tres años un emocionante documental que se estrenó ayer en la Seminci de Valladolid. Se titula Los caminos de la memoria y es la primera gran película surgida al amparo de la Ley de Memoria Histórica. Un recuento del empeño por devolver la dignidad de los represaliados en el franquismo.

Peñafuerte es un tipo de principios. Un artista de esos a los que les gusta husmear sobre las injusticias pestilentes. Mezcla de asturiano y sevillana, engendrado en la diáspora, nació en Bruselas hace 36 años. Allí fue a parar gran parte del exilio y 5.000 niños despojados de sus familias que le sirvieron para hacer su primer documental. "Se titulaba Niños, y es de 2001; aún me piden que vaya a dar charlas por toda Europa con él".

Cuando lo terminó, creyó que había cumplido con la deuda con su parte española. No era suficiente. Con el proceso de desenterramiento de fosas comunes -en las que yacen, según los que saben del asunto, 130.000 muertos de la posguerra fascista- algo se le removió dentro. "Algo que iba acompañado de una necesidad. Se acababan los testimonios directos de aquellos años. Había que contarlo todo de viva voz. Era una cuestión de urgencia biológica. Se mueren", comenta Peñafuerte. Así, fue hablando con gentes que lo sufrieron en propia carne. Desde Jorge Semprún a Marcos Ana u otros presos políticos. Con ellos ha compuesto este sutil y certero fresco de la memoria rota por la guerra y la represión, el más ambicioso de los que se han rodado hasta la fecha con ese telón de fondo. En la digna estela de otros anteriores como Santa Cruz, por ejemplo, de Günter Schwaiger, La mala muerte, de Fidel Cordero y José Manuel Martín, o Las fosas del silencio, de Montse Armengou y Ricard Belis.

También le ayudaron quienes se colocan a pie de campo. Como el forense Francisco Echeverría, uno de los personajes claves en el documental y en todo el proceso de recuperación de las víctimas. O Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de Memoria Histórica. "Éste es el trabajo en el que más tiempo y recursos se han empleado hasta el momento. Parte de las fosas, pero lo proyecta de una forma intergeneracional. Va de los abuelos a los bisnietos que lo estudian ahora en los institutos, aunque no como debería hacerse. Es un horror lo que se hace con este asunto en la educación", comenta. (...)

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