Su director, Fernando Ruiz Vergara, murió el miércoles sin reconocimiento
DIEGO BARCALA MADRID 14/10/2011 08:00
El director del documental Rocío (1980), Fernando Ruiz Vergara, murió el pasado miércoles a los 68 años en la pequeña aldea portuguesa de Escalos de Baixo. El realizador, que consiguió el primer premio del Festival de Cine de Sevilla en 1982 y que llegó a representar a España en el Festival de Venecia de 1981, falleció sin el reconocimiento que su único filme merece. Rocío fue la primera película secuestrada en la Transición al recibir una denuncia por recoger testimonios de vecinos de Almonte (Huelva) que denunciaban a los culpables de la represión desatada en 1936.
Rocío analiza la popular romería desde todas las perspectivas. El clasismo de las hermandades, el dudoso origen de la aparición y sobre todo, las prácticas caciquiles que desencadenaron en Almonte una matanza de 99 personas en 1936. En una escena de la película, un testigo llamado Pedro Gómez Clavijo cita a "José María Reales" como uno de los autores de esos asesinatos. Esta atrevida escena en la imberbe democracia de 1982 le supuso al realizador y a la guionista Ana Vila, una sentencia y orden de censura de la Audiencia de Sevilla en 1982. El falló exigió dos meses de arresto y 50.000 pesetas.
"Además del palo económico, la sentencia fue el fin de su prometedora trayectoria", concluye el director cinematográfico José Luis Tirado. La muerte de Ruiz Vergara ha sorprendido a Tirado en plena elaboración de Callar al mensajero, un documental que recuerda la singular historia de Rocío. "Se trata de revisitar la película y plantear lo que ocurrió en plena inmodélica Transición", afirma Tirado, autor de obras como Paralelo 36 (2004), que, de momento, se autoproduce la película.
"Fue muy traumático"
Ruiz Vergara falleció el pasado miércoles con la espina clavada por el portazo judicial a su carrera. "Fue muy traumático, se montó mucho follón y no quise saber nada más. No volví a hacer una película más. Me tuve que inventar mi vida, como he hecho siempre", declaraba en una entrevista con este periódico en mayo de 2010. El movimiento social creado por las asociaciones de memoria histórica había levantado en él la esperanza de ver estrenada su película en España sin la pantalla en negro con el fallo judicial que la censuró.
Su película, todavía censurada por una sentencia del Tribunal Supremo de 1984, sigue sin poder verse al completo en España. El Bloco de Esquerda de Portugal la emitió sin censura en Lisboa en mayo de 2010. En el documental "aflora una inoportuna e infeliz recordación de episodios sucedidos después del 18 de julio de 1936, en los que se escarnece a uno de los bandos contendientes, olvidando que en las guerras civiles, como lucha fraticida que son, dejan una estela o rastro sangriento [...] que es indispensable inhumar y olvida si se quiere que las generaciones posteriores convivan de forma pacífica", esgrimió el juez del Tribunal Supremo.
Más allá del valor histórico de Rocío, algunas de sus escenas son estremecedoras. Ruiz Vergara consiguió rodar por primera vez el desmontaje de la minúscula imagen de madera de la virgen. Una cámara fija muestra cómo los operarios van desmontando toda la parafernalia que rodea a la supuesta imagen aparecida hasta dejarla en un ridículo y simple maniquí de madera.
"Consiguió rodar esa imagen de chiripa. En la entrevista que le hicimos para el documental el pasado julio nos contó cómo instaló la cámara dentro del Rocío. Hasta entonces, nunca había entrado una cámara hasta ahí. Y desde entonces, no lo han vuelto a permitir. Todas las imágenes que vemos ahora del Rocío son de lejos, con teleobjetivos. No quieren que se aprecien esas caras de enajenación y locura", explica Tirado.
"Me resbalaban las críticas porque no sentía culpa alguna. Me acerqué a este fenómeno sin prejuicios. Observé y describí su historia desde la época de los moros hasta ahora", explicaba Vergara.
Ningún comentario:
Publicar un comentario