La institución recupera la historia de la presencia de las mujeres en los años veinte y treinta y digitaliza las revistas de la época.
PAULA CORROTO Madrid 24/10/2011
En los pabellones de la Residencia de Estudiantes se esconden historias que van más allá de las protagonizadas por Federico García Lorca, Salvador Dalí y Luis Buñuel, el trío de alumnos más conocido de la institución.
Entre ellas se encuentran las que protagonizaron las estudiantes durante los años veinte y treinta y que hoy se han perdido en la memoria. "Por allí pasaron desde profesoras como María Zambrano a alumnas como Josefina Carabías. Aquella época fue muy importante para la educación de la mujer en España, pero es cierto que al no tener a protagonistas tan famosos como Lorca o Dalí, está más olvidada", reconoce a Público Alicia Gómez-Navarro, directora de la residencia.
Con motivo de su centenario, tres libros editados recientemente por la institución, La residencia de estudiantes 1910-1936, de Isabel Pérez-Villanueva, Los residentes, de Margarita Sáenz de la Calzada y El coro de Babel, de Álvaro Ribagorda, recuperan la presencia femenina en aquellas décadas y las actividades en esos tiempos de fervor cultural.
Son volúmenes que acogen numerosas fotografías —muchas inéditas— en las que aparecen hombres y mujeres estudiando y divirtiéndose. "La creación del Grupo Femenino fue una experiencia pionera y fantástica. Posibilitó la integración de la mujer en la educación como después se vio en las universidades en la época de la II República", añade Gómez-Navarro. Tras la Guerra Civil, la residencia fue arrasada y el pabellón de las mujeres se convirtió en el colegio mayor Santa Teresa, dependiente de la Universidad Complutense.
Fervor científico
Estos libros dan cuenta de la vibrante actividad científica que existió en la residencia en aquellos años. Uno de sus estudiantes más famosos fue Severo Ochoa, pero por allí pasaron Alfred Einstein y Marie Curie, entre otros muchos referentes científicos. "Fueron décadas en las que España no era diferente al resto de Europa. La guerra y el franquismo supusieron un corte brutal para la ciencia, que nos ha costado muchos años recuperar", insiste Gómez-Navarro.
Precisamente, en su interés por no perder aquella estela de vanguardia, la residencia ha entrado en el entorno digital. A pesar de las estrecheces económicas debido a la crisis, uno de sus últimos proyectos es la digitalización de treinta colecciones de revistas, con Litoral, Horizonte y Héroe, entre ellas. "Después de la guerra no quedó nada. Nuestra labor es recuperar la historia y darla a conocer. La Residencia fue una ventana abierta al mundo y queremos enlazar con aquel espíritu de tradición y futuro", culmina Gómez-Navarro.
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