Por: Gregorio Belinchón
Durante años, algunos durante décadas, vivieron encerrados en sus casas, dentro de infames agujeros o encajados en dobles muros. Son los topos, la gente que al acabar la Guerra Civil vio peligrar su vida y decidió esconderse en sus hogares. Un documental, 30 años de oscuridad, resucita sus historias a través de la voz de Juan Diego, voz necesaria porque el filme es un documental de animación, de dibujos animados.
Manuel H. Martín lleva años haciendo documentales. Y amando los cómics. Hace tres años, decidió que era el momento de aunar ambas pasiones. “Me interesan mucho novelas gráficas como Maus o Persépolis, su capacidad de contar historias reales, incluso como largos reportajes periodísticos, a la vez que enganchan al lector con la animación”, cuenta el realizador, que ya había hecho colocado pequeños fragmentos de animación en sus anteriores trabajos. “Incluso animé una de las leyendas de Becquer”. Pero ahora es otra cosa. 30 años de oscuridad está en su proceso final, con la grabación de las voces de Juan Diego y Ana Fernández. “Usamos historias de docenas de topos, pero nuestro protagonista es Manuel Cortés, conocido como El topo de Mijas”. Cortés fue el último alcalde republicano del Ayuntamiento de Mijas (Málaga), entre el 3 de marzo de 1936 y el 23 de noviembre de ese mismo año. Al empezar la Guerra Civil huye de su ciudad, hasta que regresa una noche de noviembre de 1939 a su casa. Allí estará escondido hasta marzo de 1969, cuando en la radio anuncian que el Gobierno concedía el perdón para los delitos cometidos desde el 18 de julio de 1936 y el 1 de abril de 1939.
“A mí, que soy nacido en 1980, no me sonaba nada esta historia. Pero un compañero me la contó de casualidad, y empecé a investigar, a descubrir lo poco que había. La mayor parte está en el libro Los topos, de Manuel Leguineche y Jesús Torbado. Ahí es cuando se acuña su nombre, porque otros les llaman los vampiros o los resucitados”.
Para Martín, lo fundamental era contar “una historia de humanidad”. “Que recordemos cómo sacrificaron sus vidas. Y ese sacrificio hace que su drama sea universal. Hubo topos de los dos bandos durante la Guerra Civil, tras la Segunda Guerra Mundial, en la dictadura soviética. Pero encerrados como Cortés 30 años, muy muy pocos”. De ahí a la animación, que une 30 años de oscuridad a Vals con Bashir. “Puede que sea vea relacionado, pero a mí personalmente me atraía más la influencia de Maus, con sus vertientes emocional e histórica”. Martín tiene un objetivo final: “No podemos olvidar”. 30 años de oscuridad está en la parte final de su producción y durará unos 85 minutos.
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