Amigos de los voluntarios internacionales de la guerra civil les recordarán en el 75º aniversario de su llegada a España
ELENA HERRERA MADRID 19/10/2011
Brigadistas desfilando por Albacete |
Su llegada a Madrid, aquel 8 de octubre de 1936, menos de cuatro meses después de la sublevación franquista, sirvió para que la población republicana comenzara a sentir que no estaba sola". Cuando se cumplen 75 años de la creación de las Brigadas Internacionales, el historiador Justin Byrne recuerda cómo la llegada a España de estos combatientes extranjeros, convencidos de la necesidad de luchar contra el franquismo, contribuyó a levantar la moral del bando republicano.
Con motivo de este aniversario, Coordinación Internacional, una entidad en la que participan la española Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI), realizará varios actos a partir de mañana. La convocatoria incluye la celebración de unas jornadas, en las que participarán historiadores y expertos del tema, con las que se pretende contribuir al conocimiento y el análisis del papel de estos combatientes voluntarios en la Guerra Civil y especialmente en la defensa de Madrid, en el invierno de 1936-1937.
Está previsto, asimismo, que el sábado se inaugure un monumento en su honor en la Ciudad Universitaria de Madrid. El brigadista británico David Lomon, el estonio Erik Elman y los francoespañoles Josep y Vicent Almudever, todos nonagenarios, estarán presentes en esta inauguración y participarán después en una comida de fraternidad. La AABI calcula que la cifra de brigadistas vivos en el actualidad no supera la veintena.
Los organizadores han invitado al acto al líder del Ejecutivo y varios miembros de su Gobierno, así como a los presidentes del Congreso y el Senado. Aunque todavía no han recibido respuesta, consideran que la presencia institucional en estos actos de homenaje es necesaria como "señal de respeto y agradecimiento".
El 22 de octubre de 1936 el presidente del Gobierno de la República, Francisco Largo Caballero, firmó un decreto por el que se constituyeron esas unidades compuestas por voluntarios extranjeros y también españoles.
Los historiadores calculan que hasta su retirada, en octubre de 1938, fueron entre 35.000 y 40.000 los brigadistas que lucharon contra el fascismo en España. Muchos de ellos, aunque no hay una cifra exacta, acabaron siendo fusilados por las tropas de Franco o fueron torturados en campos de concentración antes de ser repatriados a sus países.
"Fenómeno internacional"
Para el catedrático de Historia Contemporánea de la Complutense Julio Aróstegui, estos hombres fueron muy pocas las mujeres que llegaron contribuyeron a hacer de la guerra de España un "fenómeno internacional". "El elemento que les unía era el antifascismo. Algunos, como los británicos y los franceses, intentaron quebrantar la voluntad de sus gobiernos de origen, que habían apostado por la no intervención, y tomaron las armas ellos mismos", explica el historiador Justin Byrne, que ha participado en la programación de los actos que comienzan mañana.
Rebatiendo a los que aseguran que los brigadistas tenían "una formación mínima, aunque una voluntad de hierro", Aróstegui considera más que probada su cultura militar. "Solían ser más expertos guerrilleros que los españoles. Vinieron poetas, intelectuales, abogados... también gente con menos formación. Todos pasaron por el centro de formación de Albacete, donde eran instruidos por un comunista francés llamado André Marty", señala Aróstegui.
Además de su contribución a levantar el ánimo del bando republicano, en el que escaseaban las armas, pero también la moral, los expertos concluyen que la obediencia era uno de los aspectos más apreciados de los combatientes extranjeros. "Eran muy valorados por su disciplina y entrega", asegura Byrne.
Con el propósito de "mantener el contacto entre los brigadistas y demostrarles gratitud en actos públicos" se creó en 1995 la AABI. Su presidenta, Ana Pérez, explica que otro de los objetivos de la asociación es intentar que la historia de las brigadas se estudie de manera "más clara y notoria", por lo que trabajan para que se su historia se incluya en los currículos de enseñanza media.
"El legado de estas personas altruistas, solidarias y consecuentes a lo largo de sus vidas, debería mantenerse siempre presente", concluye Pérez.
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