Lucía L. Bayo- Xornal- 11/10/2009
Construido en 1961 para separar ‘las dos Alemanias’, el Muro de Berlín y su posterior derribo se convirtió en un símbolo de la caída del comunismo. El empeño de los berlineses en recuperar su libertad hizo posible que el Telón de Acero y la Guerra Fría, que había dividido en dos al mundo después de la Segunda Guerra Mundial, pasase a formar parte del pasado.
El apodado “muro de la vergüenza”, que separaba a la República Federal Alemana (RFA) de la República Democrática Alemana (RDA), cayó hace 20 años como consecuencia de la continuas exigencias de libertad de circulación en la RDA y las evasiones constantes hacia las embajadas de capitales de países del Pacto de Varsovia (especialmente Praga y Varsovia) y por la frontera entre Hungría y Austria.
El 9 de noviembre de 1989, el politbüro de la República Democrática Alemana levantó oficialmente la prohibición de pasar al ‘otro lado’ y los ciudadanos de Berlín oriental se lanzaron a la calle provistos de martillos y comenzaron a derribar el muro.
Durante la existencia del muro se contabilizaron cerca 5.000 fugas a Berlín Occidental; unas 190 personas murieron por disparos al intentar cruzarlo y otras 200 resultaron gravemente heridas. Hubo varios intentos exitosos, entre los que destaca la fuga de 57 personas, quienes escaparon a través de un túnel de 145 metros de longitud cavado por los berlineses occidentales, en los días 3, 4 y 5 de octubre de 1964. El intento fallido más destacado fue el de Peter Fechter. Éste intentó cruzar el muro junto a su compañero Helmut Kulbeik, el cual sí consiguió llegar al otro lado. Fechter fue tiroteado y se le dejó morir desangrado a la vista de los medios de comunicación occidentales en agosto de 1962.
La apertura del muro, conocida en Alemania con el nombre de Die Wende (El Cambio), supuso el primer paso hacia la reparación histórica y moral de la sociedad berlinesa. Ahora, veinte años después de la caída del Muro, Alemania sigue reinventándose y reconstruyéndose a partir de una división que duró cuarenta años y que dejó marcas profundas en ambos lados.
En 2009, los alemanes –y también los europeos– conmemoran el Veinte Aniversario de la caída del Berliner Mauer con diferentes actos entre los que se encuentra la exposición ‘Escenas y huellas de una caída. El Muro de Berlín en el foco de los fotógrafos’, abierta al público desde el 3 de octubre en la Max Liberman Haus –en la Pariser Platz de Berlín–, al pie de la Puerta de Brandemburgo, precisamente el lugar que entonces era el centro de todos los acontecimientos.
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