El Gobierno prepara un Real Decreto por el que, por primera vez en España, se indemnizará a 24 afectados por la talidomida, un medicamento que a finales de los años cincuenta causó graves malformaciones a unas 3.000 personas en España. Así lo ha anunciado hoy el presidente de la Asociación de Víctimas de la Talidomida (Avite), José Riquelme, quien ha informado de que esta normativa se aprobará en "las próximas semanas" y de que las ayudas serán de entre 30.000 y 100.000 euros, dependiendo del grado de discapacidad de los afectados.
Riquelme ha considerado "muy positiva" esta medida, un "primer paso" para que se vayan reconociendo otras demandas de los afectados, como pensiones para éstos, al igual que ocurre en el resto de países de la Unión Europea, unidades médicas de referencia que les atiendan y la cobertura del cien por cien de las prótesis.
El presidente de Avite ha esgrimido que estos primeros 24 afectados en recibir indemnización son la "puerta de entrada" para que se vaya reconociendo la situación de todos los que viven bajo las nefastas consecuencias de un fármaco que fue recetado a sus madres para paliar las náuseas durante los primeros meses de embarazo.
Para el reconocimiento de estas ayudas, se requerirán exámenes médicos que se realizarán en el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, donde se recogerá además toda la historia clínica de estas personas y se valorará su índice de discapacidad. El Ministerio de Sanidad y Política Social responde así a la iniciativa aprobada en junio de 2009 en la que el Congreso instaba al Ejecutivo a acordar con las asociaciones de víctimas posibles indemnizaciones así como determinados beneficios en materia de prestaciones.
El presidente de Avite ha recordado que la talidomida fue un fármaco producido por la empresa alemana Chemie Grünenthal que fue comercializado entre los años 1958 y 1961, aunque en España siguió vendiéndose oficialmente hasta 1963. Consumido como sedante y calmante por mujeres embarazadas que padecían náuseas, sus efectos a medio plazo sobre el feto fueron catastróficos, ya que unos 20.000 niños nacieron con graves malformaciones en el medio centenar de países donde la talidomida se vendió bajo unos ochenta nombres comerciales. Concretamente, fueron víctimas de la focomelia, una anomalía congénita caracterizada por la carencia o excesiva cortedad de las extremidades. Asimismo, a la talidomida se la asocia con la neuropatía periférica, una enfermedad que genera una debilidad muscular que en muchos casos llega a postergar a una persona en una silla de ruedas.
Riquelme ha denunciado que en España, durante casi medio siglo, este colectivo ha sido "invisibilizado" por gobiernos y autoridades sanitarias de "todos los colores políticos" y, desde luego, por los laboratorios que vendieron el fármaco. Todos ellos, ha lamentado, se amparan en la prescripción jurídica por el tiempo transcurrido para eludir sus responsabilidades. "El régimen del general Franco nos ocultó y la democracia se olvidó de nosotros", ha aseverado.
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