El 'Mein Kampf', prohibido en algunos países, es un 'best-seller' en el país asiático
ELISA RECHE Corresponsal en Nueva Delhi 02/08/2010
En los puestos de libros de las estaciones de trenes, en las pilas de libros pirateados que los niños venden en las carreteras y en las estanterías de muchas librerías de India la autobiografía de Adolf Hitler, Mi lucha (Mein Kampf), prohibida en algunos países, como Alemania, siempre encuentra un hueco entre los best-sellers del momento.
"Vendemos una o dos copias a la semana. Es un clásico y una lectura muy habitual entre estudiantes", señala a Público M. Singh, encargado de la librería Bahri Sons, situada en el céntrico mercado para la clase media Khan en Nueva Delhi. El libro, con 70.000 ejemplares vendidos al año, supera con creces la cifra estándar de 5.000 copias que el mercado indio de obras en inglés considera un best-seller. La edición más barata del ensayo autobiográfico vale poco más de dos euros.
Un hombre hecho a sí mismo
Los jóvenes indios perciben Mi lucha como una especie de manual de autoayuda y ven en Hitler a un gurú capaz de sobreponerse a todos los obstáculos. "Encuentro fascinante la figura de Hitler. Demostró que nadie le podía vencer y no dudó en hacer realidad su visión. Creía en sí mismo", explica la joven Madhulipi, quien trabaja en una compañía educativa y leyó la obra del estadista alemán cuando estudiaba Sociología en la universidad.
El lado oscuro de Hitler y el exterminio de millones de judíos, comunistas, homosexuales y gitanos parece no tener gran importancia para los jóvenes, aunque no muestran ningún prejuicio contra los hebreos. "Era una personalidad muy poderosa y un líder excelente. Tendría sus razones para hacer lo que hizo", aduce Paul Talukbar, estudiante de Económicas. "Los políticos de ahora no causan el impacto, la admiración y el respeto con el que contó Hitler", añade sin ironía alguna.
También la industria cinematográfica de Bollywood ha decidido sacar tajada del interés por el dictador nazi con la película Querido amigo Hitler, que "muestra el amor de Hitler por India y cómo contribuyó a su independencia de forma indirecta", según las palabras de su director, el novel Rajesh Ranjan Kumar.
La industria cinematográfica de Bombay deja a un lado los bailes masalas y se pone seria con la historia de amor entre Adolf Hitler y Eva Braun y su matrimonio de 36 horas hasta el suicidio de ambos en el búnker ante la llegada del Ejército Rojo a Berlín.
Querido amigo Hitler, cuyo título procede del encabezamiento de las dos cartas que le dirigió Mahatma Gandhi al dictador tratando de disuadirle de la guerra, pretende ser una versión india de El hundimiento, la película alemana nominada a los Oscar en 2004.
Alarma internacional
Pero las polémicas palabras del director y del productor adulando a "un líder muy exitoso" han alarmado a la prensa, sobre todo internacional, sobre una posible aproximación idealizada al Führer, lejos de anteriores parodias del dictador como las elaboradas por Charles Chaplin o Mel Brooks.
El veterano y prolífico actor Anupam Kher, quien interpretó a Gandhi, terminó por abandonar el proyecto, que se empezará a rodar en agosto y se estrenará a finales de año, ante las quejas de sus fans. "Nunca he actuado por motivos comerciales", adujo el comediante.
La retirada del actor llevó al guionista de la película, Nalin Singh, a un contraataque a través de una carta publicada en el diario indio Mint sobre la maldad de Hitler y apuntando el consejo que le dio este a Lord Halifax en 1938 de exterminar a todos los líderes de la independencia india, incluido el propio Gandhi.
El filme también recoge un capítulo de la Historia no muy conocido sobre Subhas Chandra Bose, quien abandonó el pacifismo de Gandhi y se alió a Hitler con la Legión India, que llegó a luchar con los japoneses en el noreste del país en un intento de librarse del poderoso imperio británico.
De este modo, la película viene a incidir en el vago vínculo que existe entre el antiguo símbolo hindú de la esvástica asumido por el nazismo y el interés que despierta entre los jóvenes indios universitarios la figura de Hitler, cuya autobiografía corre de mano en mano con tanta velocidad como las obras del filósofo alemán Karl Marx.
Camisetas por un tubo
En Bombay, el dueño del restaurante Hitler's Cross se vio obligado a cerrar el local y descolgar los retratos del dictador y la parafernalia nazi que adornaba sus paredes ante la protesta de la comunidad judía de la urbe. Pero esto no es todo: una tienda en Pune, llamada Teens, vende más de 100 camisetas al mes con el rostro del Führer.
"Todo el mundo en India sabe que Hitler fue un dictador cruel, pero aquí resulta fascinante porque fue capaz de dejar una fuerte huella en la Historia. Además, no tenemos un recuerdo personal ni cercano de su legado", explica Priyanka Malhotra, dueña de la cadena de librerías Full Circle. Adolf Hitler, para un sector de la juventud india, más que el instigador criminal del Holocausto, es un mito de la superación personal.
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