luns, 2 de agosto de 2010

Los archivos de la dictadura militar se pudren en un edificio de Brasilia



JUAN ARIAS - Río de Janeiro
EL PAÍS - Internacional - 03-07-2010

La alarma la dio el diario Folha de Sâo Paulo el pasado 27 de junio: los 35 millones de folios (cinco kilómetros si se les colocara apilados), de documentos secretos de la dictadura militar de Brasil (1964-1985) están pudriéndose en un viejo edificio de Brasilia. Hay goteras por doquier que mojan las bolsas de basura que contienen los documentos. Aparte de la humedad, hay riesgo de incendio y, sobre todo, de pérdida o desaparición de los papeles. Los documentos de la historia más oscura y triste de Brasil se encuentran allí, en ese viejo edificio que parece más un trastero que un archivo, desde 1999.

Fico señala que le costó cuatro años de trámites burocráticos el poder acceder a uno de esos documentos. Para contener la curiosidad de los historiadores, la Administración se ampara en la ley brasileña de salvaguarda de la honra de las personas que impide la publicación de datos íntimos. Ello es porque los militares, aparte de rellenar los expedientes de los enemigos de la dictadura con información política, daban cuenta de la orientación sexual de los investigados, de sus traiciones matrimoniales, etcétera. Como muchas de esas personas aún viven habría que pedirles su consentimiento para poder estudiar dichos documentos. Otra dificultad para los investigadores es que los diversos ministerios liberaron sus millones de documentos sin preocuparse en catalogarlos u ordenarlos de alguna manera.

Según el historiador brasileño, la opacidad para acceder a los archivos explica por qué el Congreso, ya en democracia, aprobó la polémica ley de Amnistía para los torturadores. "No fue ninguna imposición de los militares, fue un acto soberano del Congreso democrático. Fue una anomalía de Brasil en comparación con otros países como Argentina, Chile o Uruguay, donde la sociedad fue mucho más dura con los militares", dice Fico. "Lo que es increíble es que los militares, ni siquiera los de hoy, hayan tenido el coraje de pedir perdón al país por los horrores cometidos". Fico cuenta que en los libros de texto que ha consultado y que se utilizan actualmente en las academias castrenses "se sigue presentando a la dictadura militar como un bien para él país con grandes elogios a la misma".

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