JUAN JOSÉ MATEO - Madrid
EL PAÍS - Deportes - 03-08-2010
Fueron unos Juegos marcados por una columna de tanques. En diciembre de 1979, el 40º Ejército soviético entró en Afganistán. Eran tiempos de guerra fría. Jimmy Carter, el presidente de Estados Unidos, lo consideró una invasión. Llamó al boicot de los Juegos de Moscú 1980, mientras amenazaba con la retirada del pasaporte a cualquier estadounidense que compitiera, y logró la adhesión de 64 países. Hoy se cumplen 30 años de la clausura de esos Juegos, que cambiaron la vida de dos españoles: Alejandro Abascal ganó en vela el primer oro en la era del deporte como fenómeno de masas (los anteriores eran de 1900 y 1928) y Herminio Menéndez, doble medallista en piragüismo (plata y bronce) fue abanderado sin bandera. Llegó, vio la gran ceremonia de inauguración, los ballets del Bolshoi y las masas soviéticas movilizadas como con resortes y desfiló sin la bandera de España. El Gobierno de Adolfo Suárez había juzgado la participación "no deseable".
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