Grabaciones desclasificadas desvelan su intención de derrocar al presidente chileno asesinado en el golpe de Pinochet
EFE Santiago de Chile 01/07/2010 20:13
Grabaciones desclasificadas en EEUU desvelan la intención del entonces presidente de ese país Richard Nixon de "patear el trasero" y derrocar al "hijo de puta" de Salvador Allende, asesinado en el golpe de Estado de Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
Las cintas se publicaron en Estados Unidos en la página web nixontapes.org, y su contenido se resume en un artículo publicado en Chile por el Centro de Investigación Periodística (CIPER), redactado por el periodista Peter Kornbluh.
Las conversaciones también muestran por primera vez el posible reconocimiento del papel de la CIA en el asesinato, en 1970, del comandante en jefe del Ejército chileno, el general René Schneider, con el objetivo de boicotear la toma de posesión de Allende como presidente de Chile.
En las grabaciones se incluyen varias conversaciones sobre Chile entre Nixon (1969-1974) y su consejero de Seguridad Nacional y posterior secretario de Estado, Henry Kissinger, en las que trataban a Allende de "hijo de puta" y decían que querían "patearle el culo".
"Es un Estado fascista", dice Nixon en una conversación en el Salón Oval de la Casa Blanca al referirse al triunfo de la coalición de Allende, la Unidad Popular, en las elecciones municipales de abril de 1971.
De acuerdo a la transcripción de las cintas, a Nixon le molestó mucho la decisión de Allende de nacionalizar las empresas estadounidenses en Chile, en especial las dedicadas a la extracción del cobre, principal producto del país.
El 11 de junio de 1971 Nixon transmitió a Kissinger la opinión del secretario del Tesoro, John Connally, quien le había dicho que si Washington no paraba a Allende otros países latinoamericanos empezarían a nacionalizar empresas estadounidenses.
"El efecto en el resto de Latinoamérica, sin importar lo que escuchemos desde el Departamento de Estado y el resto, va a ser malo para nosotros. Dejar de molestar a los chilenos y ser tan delicado con ellos", agregó el entonces presidente estadounidense.
"Los americanos se mueren de ganas de que pateemos a alguien el trasero", declaró Nixon. "Todo lo que hacemos con el Gobierno chileno será observado por otros gobiernos y grupos revolucionarios en América Latina", añadió.
Unos meses más tarde, el 5 de octubre de 1971, Nixon comunicó a Kissinger y Connally su decisión: "He decidido remover a Allende".
Connally repuso: "lo único que usted puede esperar es tenerlo derrocado y, entretanto, usted puede lograr su punto para probar, a través de sus acciones contra él (...), que lo que está cuidando son los intereses de Estados Unidos".
Para Nixon, EEUU finalmente había encontrado "un tipo al que podemos golpear". "Todo vale en Chile. Pateen sus culos, ¿ok?", instruyó Nixon a Kissinger al final de la reunión. "De acuerdo", respondió éste, según las transcripciones de las cintas.
En junio de 1971, el ex ministro del Interior democristiano Edmundo Pérez Zukovic fue asesinado por el grupo de ultraizquierda Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP), lo que hizo recordar la muerte, nueve meses antes, del general René Schneider.
El asesinato de Schneider
En una conversación, Kissinger señala: "Los hijos de puta nos están culpando a nosotros (...). Están culpando a la CIA (Agencia Central de Información de EEUU)" del crimen de Pérez Zukovic. "La CIA es muy incompetente para hacerlo (...). Cuando trataron de asesinar a alguien tomó tres intentos (...) y después de eso vivió tres semanas", añadió Kissinger en el diálogo con Nixon.
Kissinger parece referirse al asesinato de Schneider, lo que supondría la constatación de la participación de la CIA en su muerte, con la que se pretendía incitar a los militares a levantarse contra la inminente investidura de Salvador Allende.
Schneider fue atacado el 22 de octubre de 1970 y murió después de tres días de agonía y no tres semanas más tarde, como señala Kissinger en la grabación.
Salvador Allende fue elegido el 4 de septiembre de 1970 y asumió la presidencia dos meses después. "Déjenme decir que en todas las futuras acciones hacia Chile prefiero la línea más dura", dijo Nixon en esa misma conversación.
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