Hoy se cumplen cien años de la muerte del pintor de gitanas y marginados
JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS - Barcelona -
21/02/2011
O artista con dúas das súas modelos xitanas, 1904 |
"La
historia de los pintores Marià Fortuny e Isidre Nonell es muy parecida: los dos
murieron jóvenes, con 36 y 38 años respectivamente, en un momento en el que
estaban inmersos en un proceso de cambio, por lo que es una especulación querer
saber hacia dónde iban a llevar su obra y qué iban a pintar a continuación",
explica Cristina Mendoza, subdirectora del Museo Nacional de Arte de Catalunya
(MNAC), y una de las mayores especialistas en Nonell, el pintor que falleció el
21 de febrero de 2011, hoy justo hace un siglo.
Considerado uno de los pintores catalanes más destacados de principios
del siglo XX y una figura básica del último modernismo, Nonell, nacido en
Barcelona en 1872, se caracteriza por tratar temas que no estaban de moda en su
tiempo y centrar sus trabajos en seres marginados, como los afectados de
cretinismo, una enfermedad congénita que provoca retardo en el crecimiento físico
y mental y, sobre todo, a mujeres gitanas, su producción más personal y
singular, que aparecen lejos del folklorismo y siempre en actitud reflexiva,
aislada, cabizbaja y melancólica. "Nonell es el artista denostado de la
pintura catalana del siglo XX, porque su pintura fue una patada en el estómago
a la burguesía conservadora acostumbrada a trabajos más amables y
coloristas", explica Mendoza.
Tras volver de París, donde vivió entre 1897 y 1900 y contactó con las
vanguardias del momento, expuso en cuatro ocasiones en la Sala Parés, la única
galería de Barcelona, a partir del año 1902. "De forma monotemática
presentaba las figuras aisladas de mujeres de etnia gitana, sin ningún tipo de
anécdota, con un lenguaje nuevo y provocador, por lo que la crítica fue tan
feroz y el rechazo tal, que el propietario de la galería le aseguró que jamás
volvería a exponer y se recomendó que incluso ingresara en un manicomio",
explica la experta en arte del siglo XIX. Pese a la adversidad continuó
pintando en su estudio, aislado de las corrientes del momento y mantenido por
su familia que era propietaria de un pequeño comercio de pasta para sopa cerca
del Palau de la Música.
Así hasta que en 1910, Miquel Utrillo, "un personaje vital y el
cerebro de operaciones artísticas de principios de siglo que no ha sido del
todo reconocido" recomendó al dueño de la galería del Faianç Català de
Barcelona que organizara una antológica sobre Nonell. Según explica Mendoza,
"nunca una muestra de este tipo fue tan fácil ya que se trató de coger las
obras que Nonell tenía en casa ya que no había vendido nada de su producción".
La exposición fue todo un éxito, "porque había evolucionado, había
aclarado su paleta y sus mujeres eran más amables, menos derrotadas, aunque sin
grandes concesiones a la anécdota". Lo curioso, explica Mendoza, es que
Nonell, no quiso acomodarse al público, y lejos de ahondar en su éxito cambió
de tema y se dedicó a los bodegones, que nunca había cultivado y pintó 11 antes
de fallecer en febrero de 1911.
Pese al poco reconocimiento que tuvo en vida, Nonell es hoy un autor muy
valorado por carismático y uno de los más cotizados de su época. El MNAC cuenta
con 46 pinturas y 150 dibujos (algunos de los cuales ilustran la fotogalería
que acompaña el texto) que permiten seguir su trayectoria pictórica entre 1901
y 1911, aunque no dispone de ninguno de los paisajes que realizó solo en su
juventud. La colección es, según Mendoza, "la mejor de este autor, tanto
en pintura como en dibujo", aunque aclara que sus cuadros y dibujos están
muy repartidos en colecciones particulares catalanas y del resto de España, de
donde procedían "Gitana" y "Dos Gitanas", que se pudieron
ver el año pasado en la exposición Convidats d'Honor que organizó el MNAC para
celebrar sus 75 años.
En el año 2000 la propia Cristina Mendoza, junto a Merce Doñate, comisarió
la exposición "Isidre Nonell, 1872-1911" que se pudo ver en el MNAC y
luego viajó a Madrid. "Fue una antológica muy buena donde reunimos una
buena cantidad de obras e hicimos un catálogo razonado donde publicamos toda la
bibliografía y la correspondencia, además de rehacer el catálogo de la exposición
de 1910 que significó el reconocimiento del pintor", asegura Mendoza para
justificar que este año no esté preparada ninguna actividad coincidiendo con
este aniversario.
Si está previsto que Mendoza imparta un curso de verano de la Universidad
de Barcelona (El Juliol a la UB) sobre este autor. "Será sobre el año 1911
analizado como bisagra entre dos épocas, fue el año de la muerte de Nonell y
del fin del modernismo y la fecha del nacimiento simbólico, con la primera
exposición de Joaquim Sunyer, del noucentismo".
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