Una exposición recorre el trabajo realizado por este estudio barcelonés
desde 1852
JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS - Barcelona -
21/02/2011
Entre la segunda mitad del siglo XIX y la década de los años 30 del XX,
todo el que quería ser alguien en Barcelona tenía que pasar por el estudio
fotográfico de los Napoleon para que le hicieran un retrato. Fundado en 1852
por el músico militar de origen manchego Antonio Fernández y su mujer, la
francesa Anaïs Tiffon, la galería de retrato Napoleon -sin acento, pues en la época
lo chic era llevar nombre francés-, funcionó hasta 1933 en la Rambla
Santa Mónica donde hoy está el Frontón Colón y acabó siendo el estudio más
importante de la ciudad y cita obligada para las personas importantes que vivían
en Barcelona o la visitaban, fueran políticos, militares, autoridades eclesiásticas,
actores, cantantes y arquitectos, pero también nobles y reyes como
El Arxiu Fotogràfic de Barcelona (AFB) recoge parte del inmenso trabajo
que realizaron en Els Napoleon. Un estudi fotogràfic, una exposición que
podrá verse, gratis, hasta el 14 de mayo. Los comisarios, Rafel Torrella y la
profesora María de los Santos García, han reunido algunas de las magníficas
"tarjetas de visita" que les dieron fama y riqueza, una decena de
daguerrotipos que realizaron en sus primeros años, miniaturas, fotografías
pintadas que parecen óleos y algunos de sus trabajos realizados sobre espejos y
cerámicas (con técnicas de las que tenían la patente que imposibilitaba que
nadie más las realizara), además de objetos originales del estudio, como un
sillón de estilo neogótico que aparece en cientos de imágenes. Para la exposición
no se ha seleccionado ninguno de los retratos de difuntos post mortem
que los Napoleon y los fotógrafos de la época realizaban a domicilio, tras
prohibir la autoridad que los familiares los llevaran a un estudio para
hacerles la última, y quizá primera, fotografía.
La calidad de sus trabajos se tradujo en prosperidad económica, algo que
permitió a "Fernando", como lo llamada su mujer y no Fernández, a
reformar el estudio. La prensa se hizo eco de la inauguración en 1893 del
lujoso "palacio de la fotografía", como fue calificado, en el que
llegaron a trabajar 25 empleados. Dotado con la última tecnología del momento,
disponía de un nuevo jardín que posibilitaba hacer fotos a caballo o en
carruaje y de un zona para niños donde posaban con ovejas, ciervos y perros
disecados, algo que hacía las delicias del público más adinerado de la ciudad.
"Las mejores imágenes se exhibían en un lugar tan concurrido como el
escaparate situado en la iglesia de Sant Jaume, en la calle Ferran y el Diari
de Barcelona informaba puntualmente de los cambios semanales", explica
de los Santos. El estudio Napoleon también fue el lugar escogido por los
hermanos Lumière para mostrar por primera vez en la ciudad, las posibilidades
de su invento, el cinematógrafo, poco tiempo después de haberlo hecho en París.
El éxito de la firma hizo que surgieran sucursales regentadas por los
hijos del matrimonio en Madrid (1880), en la desaparecida Plaça del Àngel de
Barcelona (1896) y en Palma de Mallorca (1907), y que los Napoleon fueran
reconocidos con títulos como el de fotógrafos reales a partir de 1875. También
llevó a otros fotógrafos a querer sacar tajada del boyante negocio y que
plagiaran, -la piratería no es un fenómeno solo de nuestros días-, la marca que
les identificaban añadiendo tras "Napoleon" los números I, II, III y
IIII.
"Antonio fue un tipo muy espabilado. En su familia se explica que
los padres de Anaïs no estaban de acuerdo con la relación de su hija, pero
quedaron convencidos cuando el albaceteño encontró en el interior de un armario
que compró en el mercado de los Encants un montón de monedas que le dieron
fortuna", asegura la comisaria. Curiosamente, entre los miles de objetos
que llegan a los Encants semanalmente es posible adquirir alguna de las
fotografías que los Napoleon realizaron, y que se distinguen por su ampulosa
"N", como señal de la casa.
En marzo se colocará una placa
conmemorativa en el edificio del Frontón Colón y se inaugurará allí otra
muestra dedicada a la vertiente cinematográfica de estas tres generaciones de
fotógrafos. Además, se instalarán en la ciudad retratos a tamaño humano de los
Napoleon con la cara agujereada para que el público pueda hacerse una fotografía
"de época" personalizada, por lo que siglo y medio después, los
Napoleon seguirán haciendo retratos en la ciudad.
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