Nórdica publica una detallada biografía del escritor noruego Knut Hamsun, en la que se detallan sus estrechas relaciones con el régimen nacionalsocialista, las labores de propaganda que desempeñó y el camino del autor hasta su cita con Hitler
PEIO H. RIAÑO - Público - 30/10/2009
Aquella Alemania le admiró como el rubio germano ejemplo de pura raza. Poco importaba que fuera noruego porque nunca cuestionó su entrega al régimen de Hitler. A la Alemania que renunció a la inteligencia y se entregó a la sangre le fascinó cómo Knut Hamsun trató en sus libros la gran ira contra el espíritu moderno de la razón, la democracia y la igualdad. Fue una señal para todos aquellos que aborrecían el progreso y deseaban volver a una existencia primitiva entregada al cultivo de sus tierras. Era un nuevo romántico y todo ese mundo automatizado y capitalista no era más que la decadencia a la que atacar para evitar la degradación del ser humano.
La pluma de Hamsun (Noruega, 1859-1952) entró en acción a favor del dictador desde el primer momento y así lo aclara el investigador Ingar Sletten Kolloen, posiblemente la persona que más sabe del premio Nobel noruego, en la cruda biografía Hamsun, conquistador y traidor, que publicará en las próximas semanas la editorial Nórdica, junto a la traducción de la novela Victoria, escrita por el autor de Hambre en 1898. El libro han sido cinco años de trabajo, con un grupo de apoyo a la investigación formado por académicos y la colaboración de especialistas que le han acercado la correspondencia de Hamsun durante más de 40 años por todo el mundo.
Pero el gran descubrimiento que alumbra las intimidades nazis del escritor es el archivo privado que Hamsun dijo haber destruido y que contiene 5.000 documentos comprendidos entre 1890 y el año de su muerte, en 1952. Apunta también Sletten Kolloen que durante la investigación tuvieron acceso a las notas taquigráficas del psicoanalista que trató a Knut entre 1926 y 1927. "La intención principal ha sido la de seguir a Knut Hamsun tan de cerca como la fuente documental lo permitiera", explica en el epílogo del libro.
Todo ello en el año en que Noruega hace lo que puede para celebrar sin mucho ruido el 150 aniversario del nacimiento de uno de sus grandes escritores, uno de sus grandes traidores. Mientras se anunciaba en Oslo que la princesa Mette-Marit amadrinaría una serie de actos para recordar al escritor, el director del teatro de Tromsc dijo que no dejaría su escenario para un acto en su honor, entre otras protestas. El ministro de Cultura, Trond Giske, trató de mediar, alegando que los vínculos de Hamsun con el nacionalsocialismo deben ser abordados críticamente en las celebraciones. Los más críticos ven en su obra elementos relacionados con su simpatía por los nazis y apuntan el peligro que supone que forme parte del programa escolar noruego.
La razón a ciegas
"Cuando el Gobierno ha tenido que recurrir a los campos de concentración, tanto usted como el mundo entero, deberían entender que tienen sus buenas razones para hacerlo", escribía por carta Hamsun en el verano de 1934. El autor no escondió nunca su atracción por el régimen nazi, hasta el punto de que su familia apoyó de todo corazón con informes positivos a la prensa noruega sobre el talante de Hitler. Su hijo mayor solicitó su ingreso en las SS cuando viajó a finales de 1934 a Múnich para estudiar Bellas Artes. (...)
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