xoves, 19 de novembro de 2009

Franco gastó 226 millones en honrar a sus caídos


El régimen organizó la exhumación sólo de los muertos de su bando en la década de 1950. El Gobierno dispuso de fondos públicos ilimitados para trasladar cuerpos a Cuelgamuros

PÚBLICO - 19/11/2009

Franco ni perdonó ni olvidó. Los mapas de fosas elaborados por los gobernadores civiles en la década de 1950, a los que ha tenido acceso Público, reflejan la exhaustividad de un régimen que buscó a cada caído franquista para su traslado al Monumento de los Caídos, sin reparar en las víctimas republicanas. Del Ministerio de Gobernación salieron decenas de circulares que pedían información sobre los que Franco llamaba en 1940 "nuestros muertos". Los gobernadores detallaron la situación de cada fosa en cada pueblo y ocultaron a todos los rojos fusilados. El motivo es sencillo: no eran "héroes y mártires de la Cruzada de Liberación nacional", como exigía el proyecto de Franco.

El Consejo de las Obras del Monumento a los Caídos lo dejó claro en mayo de 1958: "Uno de los principales fines que determinaron la construcción (...) fue el de dar sepultura a quienes fueron crucificados por Dios y por España y a cuantos cayeron en nuestra Cruzada, sin distinción del campo en que combatieron, según exige el espíritu cristiano que inspiró aquella magna obra, con tal que fueran de nacionalidad española y religión católica".

La documentación del mausoleo de Franco, guardada en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares, revela que el franquismo organizó y pagó su propia memoria histórica sin reparar en gastos. El dato dado por válido por los historiadores de la suma de dinero gastado fue publicado por Daniel Sueiro en 1976. En total, gastaron 1.086 millones de pesetas. La actualización de ese montante a la economía actual revela que es una cantidad equiparable a 226 millones de euros, una cifra similar al presupuesto de la obra de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Comparado con una estructura de la época, con el dinero público gastado en el Valle de los Caídos y el proyecto para darle uso se podrían haber construido 30 estadios como el Santiago Bernabéu, inaugurado en 1947 tras una inversión de 35 millones de pesetas.

Pese a que la suma total no refleja un dispendio escandaloso, en un Estado que en 1959 todavía trataba de dejar atrás la autarquía, la documentación de Gobernación señala que hubo barra libre de fondos públicos. Una de las carpetas del archivo acumula las facturas de los días previos a la inauguración del Valle: "45 bolsas de merienda para el desplazamiento de familiares de caídos a Cuelgamuros. Total, 2.700 pesetas en el restaurante El Zaguán". El hostelero de Salamanca tuvo el detalle de ahorrarle al Estado un 1,30% de descuento: 35 pesetas, según señala la factura.

Los principales gastos, aparte de las obras, llegaron de los trabajos de exhumación. El gobernador civil de Madrid escribe al ministerio una carta que desmenuza los gastos de las aperturas de las fosas de Griñón, donde estaba el cementerio militar de los golpistas en el frente de Madrid. "1.500 cajas unipersonales: 211.500 pts. 200 cajas colectivas para 1.685 restos: 110.400 pts.", detalla la misiva. Incluido el salario de 90.000 pts. de 50 obreros a 60 pts. diarias, sus 50 uniformes por 14.750 pts., sus pares de botas de goma por 6.100 pts. y demás gastos de transporte, la exhumación de Griñón supuso 627.050 pts.

El Gobierno presupuestó cada detalle. Un arquitecto diseñó cómo debían ser las cajas de madera de pino en las que depositar los restos exhumados. Había dos posibilidades: las individuales y las colectivas. El precio de las primeras, usadas generalmente para aquellos restos que podían ser identificados, era de 141 pesetas. Las colectivas, diseñadas como baúles para almacenar los restos de las fosas grandes, como las de Paracuellos del Jarama, costaban 550 pesetas.

Un recuento anual posterior a la inauguración del complejo funerario establece el pago de 333.033 pts. en cajas pagadas por Patrimonio Nacional.

Dos décadas después del final de la "gloriosa cruzada", el 1 de abril de 1959, se inaugura el Monumento Nacional a los Caídos. Franco culmina su gran sueño en el espectacular emplazamiento natural que ya enseñó en 1940 a las autoridades nazis y fascistas que asistieron al primer aniversario de "la victoria". (...)

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