El 14 de abril de 1931, una niña de nueve años caminaba hacia la Puerta del Sol de Madrid de la mano de sus tíos entre una muchedumbre alborozada. Eso ocurrió tal día como ayer. Setenta y nueve años después, antes de salir de casa para tomar parte en una concentración en recuerdo de la proclamación de la República en Vigo, Maruja Torrado Calleja recuerda perfectamente que llevaba "un lacito prendido en la chaqueta con los colores de la bandera tricolor". Desde que se puede celebrar el aniversario, Maruja y su prima, Margarita Caballero Calleja, procuran no faltar. "¡Qué alegría había en la calle ese día! ¡La gente salía de sus casas y se abrazaban unos a otros!", dice Margarita, que vivió el cambio político con siete años.
martes, 20 de abril de 2010
Nostalgia de la escuela progresista
Aquel día empezó el primer vuelco de unas vidas azarosas que quedarían después definitivamente marcadas por la Guerra Civil. Pero antes de que la dictadura oscureciera muchas existencias, la Segunda República abrió las ventanas para que entrase aire en un país enmohecido. A pesar de que la brisa duró poco, algunas corrientes fueron lo suficientemente persistentes como para revolucionar algunas cosas. Y la educación quizá fuese una de las más importantes.
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