España se situó en 2009 como el sexto país exportador de armas pesadas. Facturó 686 millones de euros
La crisis económica no ha hecho mella en el negocio de la guerra. El año pasado descendieron en España las ventas de coches, la promoción inmobiliaria se quedó prácticamente paralizada y bajó el consumo a pie de calle. La venta de armas pesadas, entre las que se incluyen aeronaves, vehículos blindados, embarcaciones militares o material de artillería, se incrementó, en cambio, en un 53% respecto al año anterior.
El impulso del negocio armamentístico ha sido especialmente notable desde 2001. Ese año, el Stockholm International Peace Research Institute (Sipri), organización que contabiliza las exportaciones e importaciones de armamento pesado en el mundo, llegó a la conclusión de que las empresas españolas vendieron armamento pesado a terceros países por siete millones de dólares, unos 5,2 millones de euros. Pero en ocho años el incremento ha sido imparable.
Según el Sipri, el Gobierno compró dos misiles antitanque a Israel
Según datos del citado instituto, durante 2009, el negocio de la guerra movió en España más de 1.300 millones de dólares, (964 millones de euros). El Estado adquirió armas por valor de 431 millones de dólares, pero las empresas españolas vendieron armamento por 925, unos 686 millones de euros. Así, se situó como el sexto país del mundo en exportación de armamento, por encima de China (870 millones de dólares) o Israel (760).
Durante todo el año pasado fue Noruega el país que más ingresos proporcionó a las empresas españolas. El Estado báltico pagó 402 millones de dólares por cinco fragatas militares, en el marco del acuerdo firmado por ambos países en 2000 para la venta de este tipo de buques, según apuntó el informe del Sipri.
Argentina, Brasil, Colombia o Venezuela también adquirieron a lo largo del año pasado armamento pesado español. El más llamativo fue el caso de Malasia, que compró un submarino de la marca Scorpene por 239 millones de dólares. Asimismo, se dio la paradoja de que España surtió de aviones guardacostas a EE UU, primer país del mundo en exportación de armamento. Esas 36 aeronaves costaron a las autoridades estadounidenses 52 millones.
Nuevas adquisiciones
El Gobierno español también hizo sus propias adquisiciones. El Sipri refleja la compra de los cien vehículos blindados RG-31 a Suráfrica, lo que permitió la sustitución del parque de BMR en zonas de conflicto en las que están presentes las fuerzas españolas, como Afganistán o Líbano. Según el citado instituto, España también adquirió dos misiles antitanque de la marca Skipe a Israel por 11 millones de dólares.
En el Ministerio de Defensa restan importancia e incluso interés a la adquisición de este tipo de misiles. "Es parte de la rutina del ejército, y este tipo de compras son como las de cualquier otro tipo de armamento", explicaron fuentes del departamento.
Un segundo informe hecho público el mes pasado, elaborado por el Ministerio de Industria, detalla las exportaciones españolas de material de defensa del primer trimestre de 2009. Se incluye material ligero como armas cortas, vehículos no blindados o materiales explosivos. Los datos que se desprenden confirman que el negocio de la guerra está en auge. Y es que en ese trimestre, las ventas de armas ascendieron a 411 millones de euros, un 64,5% más que en ese mismo periodo en 2008 (249 millones de euros).
Este estudio ha provocado la "indignación" de las organizaciones a favor del desarme, "por los destinos de muchas de esas armas", apuntó Mabel González, de Greenpeace. Y recordó que las ventas las realizan empresas privadas pero que "las autorizaciones las concede el Gobierno. No sabemos con qué garantías se venden armas a países como Marruecos, Sri Lanka o Guinea Conakry, donde existe una fuerte represión contra la población", lamentó.
Greenpeace, Intermón Oxfam, Amnistía Internacional y Fundación per la Pau han pedido la comparecencia en el Congreso de la secretaria de Estado de Comercio, Silvia Iranzo, "para que explique las condiciones de este tipo de transacciones".
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