BARBARA CELIS - Nueva York
Morir acuchillada en la ducha frente a la cámara de Alfred Hitchock es todo un honor que a efectos oficiales ostenta la actriz Janet Leigh. Pero la escena más imperecedera y terrorífica de la película Psicosis, que este año celebra su 50º aniversario, tenía truco: las voluptuosas curvas que se ven entre puñalada y puñalada no pertenecían al cuerpo de esa actriz, sino al de una pin-up llamada Marli Renfro a la que en 1988 se dio por muerta víctima precisamente de un asesinato. Pero la realidad, como el cine, tiene muchas dobleces y hay quien disfruta indagando en ellas.
Robert Graysmith, el autor de la serie de libros sobre Zodiac, nacidos de su propia obsesión por el asesino homónimo que aterrorizó San Francisco en los años sesenta y setenta, regresa ahora con otro libro titulado The girl in Alfred Hitchock shower (La chica de la ducha de Alfred Hitchock). Esta vez su obsesión es Renfro, la pelirroja que descubrió de joven en la portada de la revista Playboy. "Me despertaba cada mañana con esa imagen, sus tonos cálidos, su mirada inquietante... ¿Quién era esta pelirroja? Tenía una cualidad indefinible que la hacía única e inolvidable", escribe en el libro. Ella sirve de hilo conductor para un relato real que indaga en su supuesto asesinato y al mismo tiempo rebusca en el pasado de otro asesino en serie, Sonny Busch, conocido como el Psyco Killer. Al parecer, Busch tenía un inquietante parecido con Norman Bates (Anthony Perkins), el malo de Psicosis, y comenzó a matar poco después de ver aquel filme. Dejaba sobre sus víctimas las huellas indelebles del cuchillo, que utilizaba después de estrangularlas y, como el protagonista del filme, estaba psíquicamente trastornado por la figura de su madre.
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