"No hay pistas de cómo acabaron allí ni de quiénes son", afirma el alcalde
FERRAN BALSELLS - Corbera d'Ebre - 15/12/2010
Una prospección arqueológica ha descubierto al menos media
docena de cadáveres de la época de la Guerra Civil amontonados bajo una
iglesia abandonada en Corbera d'Ebre (Terra Alta). Los cuerpos, restos
óseos entremezclados y arracimados en una especie de cripta -de la que
su uso como fosa común no tiene documentos ni testimonios conocidos-
aparecieron rodeados de candelabros y objetos que cuadran
cronológicamente con el periodo del conflicto bélico.
Los técnicos señalan que probablemente fueron asesinados en la zona y
después lanzados al vacío de la cripta, de un metro y medio de
profundidad. Así lo sugiere la posición de los cuerpos y el hecho de que
uno de los cadáveres haya sido encontrado con un rosario enrollado en
una de las extremidades superiores.Los trabajos arqueológicos en la
iglesia de Sant Pere se han paralizado hasta que un equipo de la
Generalitat, que ya ha activado el dispositivo previsto en la Ley de
Fosas de la Guerra Civil, determine el total de cuerpos y confirme si
pertenecen a una fosa hasta ahora inédita del conflicto.
"No es ni
mucho menos habitual hallar restos de cadáveres y fosas comunes de la
guerra en el interior de una iglesia", explicó una portavoz del
Departamento de Interior, el responsable de aplicar la Ley de Fosas. En
siete años de investigación, la Generalitat ha confirmado la existencia
de 94 fosas, según el mapa oficial de Interior. También ha detectado
otras 150 localizaciones posibles, mencionadas por documentos, registros
u otras fuentes. Pero la existencia de una fosa común en el interior de
un recinto eclesiástico supone una rareza. "Analizaremos los restos
para realizar un informe y certificar si se trata de una fosa común
inédita de la Guerra Civil. En ese caso, los restos se trasladarán al
Memorial de les Camposines, centro para homenajear a los fallecidos no
reclamados por familiares", añadió la portavoz.
Los técnicos
localizaron inicialmente entre tres y cinco cuerpos, que tras una
primera exploración ampliaron a entre seis y ocho cadáveres, aunque
advierten de que puede haber más cuerpos bajo los esqueletos actualmente
a la vista. El hallazgo se produjo de forma fortuita al escarbar en un
terraplén ubicado en el área central del presbiterio del templo que
resultó ser el punto de acceso a una cripta. La iglesia, acabada de
construir en 1827 y utilizada como centro de culto hasta principios de
la década de 1940, fue destruida a golpe de bombas y morteros durante la
guerra. El riesgo de derrumbe obligó a los feligreses a trasladarse a
otro centro y el templo quedó abandonado desde entonces; hasta que hace
dos meses empezaron los trabajos de rehabilitación que han dado con la
fosa común. "Gritaron: 'Aquí hay muertos'. Nos quedamos a cuadros y la
zona empezó a oler a putrefacción", detalló uno de los técnicos que
asistieron al hallazgo y que ayer enseñó los restos de los cuerpos a
este diario. "Los cadáveres estaban apiñados de mala manera junto a
objetos presuntamente personales de las víctimas. Como una fosa pero
excavada en un templo", explicó.
El hallazgo ha sorprendido al
Ayuntamiento local y a los lugareños que sufrieron la contienda civil
por tratarse de cuerpos arracimados en el interior del templo religioso,
cuyo uso como fosa común era desconocido hasta el momento. "No
esperábamos encontrar restos, y menos tantos, en el interior de la
iglesia. Los indicios apuntan a que son de la guerra y por eso hemos
decidido aguardar a los técnicos de la Generalitat", señaló el alcalde,
Sebastià Frixach. "Nos ha extrañado porque nadie sabía que hubiera gente
sepultada allí. Da la sensación de que, más que enterrados, los
hubieran tirado desde arriba de cualquier manera", detalló. "No hay la
más mínima pista de cómo acabaron allí ni de quiénes son".
La
misma incógnita mantiene el director del centro de documentación de la
batalla del Ebro, el historiador Josep Sánchez Cervelló. "Pueden ser
cualquier persona: soldados de cualquier bando o religiosos, si uno de
ellos llevaba un sudario, aunque los republicanos de Corbera no mataron a
ningún cura", planteó. "Incluso puede tratarse de republicanos porque
muchos capellanes también se ocultaron en sus filas". Sánchez Cervelló,
también catedrático de historia contemporánea en la Universidad Rovira i
Virgili y autor de un libro sobre la guerra en Corbera d'Ebre, precisa
que los datos históricos amplían el misterio. "En 1938 el frente de
guerra se estabilizó delante del municipio, que fue sistemáticamente
bombardeado por la artillería y la aviación franquistas". Entre dos
fuegos, los vecinos enterraban a sus muertos en los huecos abiertos por
las bombas y miles de cuerpos yacían sobre los campos cercanos. "Sin más
datos no podrá saberse la procedencia de estos cadáveres", zanjó el
catedrático.
Ningún comentario:
Publicar un comentario