Los diputados rusos, con el voto en contra de los comunistas, aprueban siete décadas después de la tragedia de Katyn una declaración que culpa a los dirigentes de la URSS de la matanza
RODRIGO FERNÁNDEZ | Moscú
Katyn 1943 |
Setenta años después de la tragedia de Katyn, Rusia reconoce oficialmente que la orden de fusilar a miles de oficiales polacos la primavera de 1940 la dieron las autoridades soviéticas, es decir, el todopoderoso dictador bolchevique Iósif Stalin. La Duma Estatal (Cámara baja del Parlamento ruso) ha aprobado hoy la declaración correspondiente por amplia mayoría y con el voto en contra de solo los comunistas.
"Los materiales publicados, que durante muchos años estuvieron guardados en archivos secretos, muestran no sólo la magnitud de esa terrible tragedia, sino también que el crimen de Katyn fue perpetrado por orden directa de Stalin y otros dirigentes soviéticos", se señala en la declaración parlamentaria.
Más de 20.000 oficiales polacos fueron internados en territorio soviético el otoño de 1939. Cuatro años después, luego de la ocupación de las regiones occidentales de la URSS por parte de las tropas alemanas, aparecieron noticias sobre el fusilamiento de los polacos por parte de soldados del Comisariado del Pueblo de Asuntos Interiores (NKVD, según sus siglas rusas). Las ejecuciones habrían tenido lugar en el bosque de Katyn, ubicado a 14 kilómetros al oeste de la ciudad de Smolensk.
La comisión investigadora creada en la URSS en 1944 -ya liberados los territorios- culpó a los nazis del fusilamiento de los polacos, versión que la propaganda soviética continuó defendiendo hasta el final; es decir, hasta principios de los años noventa. Pero después de la desintegración del imperio comunista, se abrieron los archivos, en los que se podía comprobar que las ejecuciones fueron parte de una operación para eliminar a los prisioneros polacos que el NKVD comenzó a preparar en febrero de 1940.
Sin embargo, pocos fueron los que pudieron leer aquellos documentos; hubo que esperar hasta el pasado abril para que, a iniciativa del presidente Dmitri Medvédev, Rosarjiv (la Agencia Federal de Archivos de Rusia)publicara copias electrónicas de algunos de los documentos secretos sobre la matanza de Katyn.
El tenebroso Lavrenti Beria (ex ministro del Interior o, como se denominaba entonces, comisario del pueblo del NKVD) escribió el 5 de marzo de 1940 una nota a Stalin, cuya copia colgó Rosarjiv en la Red, en la que proponía "examinar de manera especial" los casos de los polacos, es decir, "sin citar a los detenidos y sin presentarles acusaciones". Beria decía que a esos más de 20.000 prisioneros de guerra, en su mayoría oficiales, había que aplicarles "la pena máxima, el fusilamiento". El texto lleva el visto bueno en lápiz azul de Stalin y de otros dirigentes soviéticos.
De 20.000 y pico internados en 1939, más de 4.000 fueron fusilados y enterrados en el bosque de Katyn. Las ejecuciones del resto transcurrieron en Kiev, Járkov, Jersón, Minsk y en la cárcel de Kalinin.
Al bosque de Katyn los llevaban en grupos de entre 350 y 400 hombres, a los que les decían que pronto los enviarían de vuelta a su patria. Los fusilamientos comenzaron a principios de abril de 1940 y continuaron hasta mediados de mayo. En la cárcel de Kalinin las ejecuciones eran más prosaicas: los llevaban a una habitación especial, les disparaban un tiro en la nuca y en un camión cubierto transportaban los cadáveres al pueblo de Médnoye, donde los enterraban.
El NKVD trató, por supuesto, de que los lugares de los fusilamientos masivos no fueran descubiertos. Y en parte lo logró: las tropas alemanas no llegaron a Médnoye y las sepulturas de los alrededores de Járkov no fueron reconocidas como polacas, ya que allí fueron ejecutados otras decenas de miles de soviéticos. Sin embargo, los ocupantes alemanes sí descubrieron en abril de 1943 los restos de los oficiales polacos en el bosque de Katyn.
Los comunistas rusos, que se opusieron a la declaración de hoy, siguen sosteniendo que los culpables son los nazis. Se niegan a reconocer lo evidente y argumentan, como ha dicho el diputado Víctor Iliujin, que todo se basa en documentos falsificados por "Goebbels y su equipo".
La mentira en torno a Katyn enturbió durante años las relaciones ruso-polacas, y tanto Medvédev como el primer ministro Vladímir Putin habían declarado ya que debe reconocerse que los dirigentes de la Unión Soviética fueron los culpables de esa tragedia.
Tragedia que tuvo su continuación hace unos meses: el 10 de abril pasado, el avión en el que viajaba el presidente polaco Lech Kaczynski con una numerosa delegación para rendir homenaje a sus compatriotas en Katyn, se estrelló cuando intentaba aterrizar con mal tiempo en Smolensk.
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