Hoy se
cumplen 30 años del asesinato de una estrella que todavía guarda secretos biográficos
J. M. MARCOS
/ C. PRIETO MADRID 08/12/2010
Es de dominio público que
John Lennon firmó un autógrafo a su asesino unas horas antes de que este le
abatiera a tiros en la puerta de su casa en Nueva York, hace exactamente 30 años.
Lo que sabe menos gente es que ese mismo día, por la mañana, Annie Leibovitz
tomó la histórica instantánea de John Lennon acurrucado desnudo junto a Yoko
Ono que daría la vuelta al mundo en la portada de la revista Rolling Stone.
Esta semana la Lennonmanía
nos invade con subastas, biografías, conciertos homenaje y el reciente
lanzamiento de varios recopilatorios. Mientras tanto, el asesino del artista,
Mark David Chapman, sigue en la cárcel, después de que Yoko Ono se haya
opuesto a ocho peticiones de libertad condicional. De Lennon se sabe casi
todo, sin embargo todavía hay pasajes de su biografía que han quedado
ensombrecidos por las grandes gestas musicales y vitales del músico.
El otoño en Almería
En 1966, John Lennon
atravesaba una crisis. Los Beatles habían alcanzado una popularidad de
dimensiones impensables, pero las grabaciones sin descanso y el gran número de
conciertos habían sumido al grupo en un pozo de insatisfacción. Fue entonces
cuando Lennon decidió aceptar un papel en una película que Richard Lester
estaba rodando en Almería.
Su estancia en la ciudad española
ha sido pasada por alto en la mayoría de biografías del músico. Lennon se
instaló en una mansión durante el otoño y allí pasó seis semanas. De Almería
volvió con las gafas redondas que más tarde definieron su imagen más
representativa y con una nueva canción bajo el brazo, Strawberry fields
forever, escrita en tierras andaluzas. Menos productiva fue su incursión en
el cine: Lennon se dio cuenta que no le interesaba ser actor.
Cereales con yogur
Parecían la pareja
perfecta, pero la relación de John Lennon y Yoko Ono atravesó muchos altibajos.
Lo constató, a principios de los setenta, el periodista de L.A. Times
Robert Hilburn, que frecuentaba a Lennon cuando este visitaba Los Ángeles.
En una ocasión que salieron a cenar, el músico le contó que su relación no
atravesaba por un buen momento y le confesó que había llegado a pensar en el
suicidio.
Después de semejantes
revelaciones, a las tantas de la madrugada, Lennon hizo algo que dejó todavía más
boquiabierto de Hilburn: llamó al servicio de habitaciones y pidió un bol de
cereales con yogur. Al parecer, siempre se tomaba uno antes de irse a dormir,
porque le recordaba a su infancia y adolescencia en Liverpool.
Entre rojos
Lennon dio unas cuantas
entrevistas en los setenta, pero ninguna tan significativa y poco conocida como
la que le hicieron Tariq Ali y Robin Blackburn para el periódico trotskista
británico The Red Mole. Corría el año 1971. Los Beatles se habían
separado un año antes y Lennon se sentía como si se hubiera quitado un peso de
encima. "Siempre me sentí reprimido. Estábamos todos tan presionados
que apenas teníamos alguna oportunidad de expresarnos", aseguró.
Lennon estaba deseando
propagar a los cuatro vientos sus opiniones políticas, aunque fuera a costa de
dinamitar la imagen contracultural de los Beatles: "Nunca dejé de ser una
persona política, pero la religión eclipsó esto en los días del ácido, allá por
1965 o 1966. Esta fase religiosa fue una consecuencia de toda esa porquería de
las superestrellas. Fue una válvula de escape para mi represión".
Alentado por Ali y
Blackburn, Lennon mostró durante la charla unos niveles de radicalización política
impensables hoy día para una estrella del pop. Tres píldoras. 1) "Siempre
he estado contra el statu quo. Es algo bastante básico para alguien que ha
aprendido desde niño a odiar y a temer a la policía como si fuera tu enemigo
natural, y a despreciar al ejército como algo que se lleva a todo el mundo por
delante y los abandona muertos en alguna parte"; 2) "Tenía mucha
conciencia de clase. Solían decir de mí que era un resentido porque sabía que
estábamos reprimidos como clase. Pero el huracán del mundo Beatles mitigó este
aspecto de mi personalidad y durante un tiempo me apartó progresivamente de la
realidad"; y 3) "Desde luego, hay mucha gente que anda por ahí ahora
con el pelo largo. Y algunos chicos de clase media van a la moda luciendo ropas
hermosas. Pero nada ha cambiado, con la excepción de que todos nos vestimos un
poco mejor y dejamos que los mismos hijos de puta de siempre dirijan
todo".
El
encuentro con Ali y Blackburn "inspiró" a Lennon a escribir la canción
Power to the People. La versión completa de la entrevista apareció en el
libro de Tariq Ali Años de lucha en la calle: una autobiografía de los
sesenta (Akal, 2007).
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