venres, 2 de marzo de 2012

Dame un documento y contaré la Historia


Tereixa Constenla 21/02/2012
A la Historia se puede llegar por autopistas, caminos zigzagueantes o corriendo campo a través. Enrique Moradiellos (Oviedo, 1961) ha elegido las vías rápidas, incisiones directas en el territorio, para contar los acontecimientos más esenciales de la Historia Contemporánea. El atajo que ha elegido es el de los documentos, entendidos en el amplio espectro del historiador, para quien tanto un texto como un mapa, una ilustración o un gráfico son documentos, hitos de partida para explorar la realidad.  “Servirse de un documento singular como punto de apoyo para el examen de su contexto histórico envolvente enfatiza el carácter de labor intelectual de interpretación humana, falible y perfectible, pero también lógica y demostrativa, que tiene la disciplina científico-humanística o científico-social de la Historia”, plantea el catedrático de Historia en la introducción de La historia contemporánea en sus documentos, publicado por RBA.
Desde la Revolución francesa hacia acá, la acumulación de revoluciones, transformaciones, conflictos, cambios tecnológicos e ideologías rupturistas ha sido trepidante y constante. Pero, avisa Moradiellos, el mundo es más o menos el mismo: “El mundo que nació a finales del siglo XVIII fue conformando unas condiciones vitales de existencia que siguen siendo, básicamente a pesar de cambios y avatares varios, las mismas que disfrutamos todavía hoy en gran medida y proporción”.
¿Qué valor puede tener una obra semejante, poco común en la historiografía española? La respuesta que da Moradiellos es la siguiente: “Un valor educativo y formativo bien importante para estos tiempos y sociedades de vertiginoso cambio tecnológico y creciente desmemoria u olvido de la historia precedente”.
Los documentos sirven de catapulta hacia los grandes acontecimientos de la historia contemporánea: la Revolución Industrial, la Revolución Francesa, el nacimiento de Estados Unidos, la Guerra de la Independencia española, la Guerra de Secesión norteamericana, la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial o el desmoronamiento del bloque soviético. Pero también hacia fenómenos sociales e ideológicos que han transformado el mundo desde entonces: el feminismo se explica a partir de la declaración de Seneca Falls (1848), el darwinismo a partir de una caricatura publicada en una revista de Londres donde se dibuja al científico con rasgos simiescos (1874) o el marxismo a partir del prefacio del libro Contribución a la crítica de la economía política (1859).
Y se cuenta la revolución bolchevique y el nacimiento del comunismo a partir de dos fotografías que ya pertenecen a la historia de la fotografía manipulada. Se corresponden con la famosa imagen de Lenin pronunciando un discurso en la plaza del Teatro Bolshoi de Moscú, escoltado por Trotsky en las escaleras, y la instantánea retocada y manipulada durante el mandato de Stalin en la que literalmente se ha borrado a Trotsky de la fotografía. También el vacío es un documento.

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