El arquitecto ha sido galardonado por por una obra artesanal, respetuosa
con el medio ambiente
EFE Los Ángeles (EEUU) 27/02/2012
El
arquitecto chino Wang Shu, de 48 años, ha sido galardonado este lunes con el
premio Pritzker, considerado el Nobel de la Arquitectura, por una obra
artesanal, respetuosa con el medio ambiente y de gran profundidad filosófica,
en la que conviven de forma armoniosa tradición y modernidad.
Wang, nacido
el 4 de noviembre de 1963 en Urumqi, en la región autónoma de Xinjiang, sólo ha
trabajado dentro de China y ha desarrollado la mayor parte de su obra en
Hangzhou, a 170 kilómetros al suroeste de Shanghái, donde dirige desde 1997
junto a su esposa, Lu Wenyu, el Estudio de Arquitectura Amateur.
"El
hecho de que se haya elegido a un arquitecto chino supone un importante paso en
el reconocimiento del papel que va a jugar China en el desarrollo de los
ideales arquitectónicos. Además, el éxito del urbanismo chino en las próximas
décadas será importante, no ya para China, sino para el mundo entero",
señaló Thomas J. Pritzker, presidente de la Fundación Hyatt, promotora de este
premio a lo largo de 34 ediciones.
"Este
urbanismo, como el del resto del mundo, requiere estar en armonía con la
cultura y las necesidades locales" y, en el caso de China, debe
compatibilizar "sus tradiciones y su pasado con las exigencias de un
desarrollo sostenible", añadió el promotor del galardón.
El premio
consiste en 100.000 dólares (unos 74.600 euros) y una medalla de bronce con una
inscripción latina en su reverso: "Firmitas, Utilitas, Venustas"
(Firmeza, Utilidad y Belleza), el lema de Vitruvio, considerado uno de los
"padres" de la Arquitectura.
Amor por el
medio ambiente
Wang Shu es
el segundo chino en obtener el Pritzker, tras I.M. Pei en 1983. Estadounidense
pero de origen chino, Pei se formó en Harvard y en el Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT) y es autor de obras como la pirámide del Louvre y la
Biblioteca y Museo Presidencial John F. Kennedy.
Tres de las
obras principales de Wang Shu son la Biblioteca del Colegio Wenzheng en la
Universidad de Suzhou, el Museo de Historia de la ciudad portuaria de Ningbo y
el Campus Xiangshan de Bellas Artes de Hangzhou, así como el pabellón de
Tengtou-Ningbo en la Exposición Universal de Shangai.
Prueba de su
amor por el medio ambiente y la economía de materiales es su decisión de
aprovechar dos millones de tejas procedentes de demoliciones de casas
tradicionales para cubrir el techo de varios edificios del campus de Hangzhou.
Defensor de
los materiales artesanales y tradicionales, Wang ha crecido en una ciudad que
ha visto destruir el 90 por ciento de su arquitectura tradicional en sólo 30
años con el rápido desarrollo económico, como recordaba hace un mes en París,
según Le Courrier de l'Architecte.
Wang, que
encuentra su mayor placer trabajando como un artesano o un 'amateur' -de ahí el
nombre de su estudio-, es partidario de la 'slow-build' (la construcción
lenta), según esta publicación.
"Hace
cien años, el ritmo de vida chino era más lento que en la cultura occidental.
En cien años, nos hemos convertido en los más rápidos. No tenemos tiempo para
reflexionar", se lamentaba en una conferencia en la Escuela de Chaillot el
31 de enero pasado.
Acerca
del premio, "ha sido una enorme sorpresa. Me siento tremendamente honrado
de recibir el Premio Pritzker. Me ha hecho darme cuenta de la cantidad de cosas
que he hecho en la última década. Y es una prueba de que el trabajo duro y la
perseverancia conducen a resultados positivos", señaló Wang a los
organizadores.
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