Su pensión es un 37,5% inferior a la de los hombres
MARÍA PAMPÍN
Santiago de Compostela 1 MAR 2012 - 22:11 CET
La pensión de las mujeres que se jubilan a los 65 años no llega al salario
mínimo interprofesional, establecido en 641,4 euros al mes. El 97,9% de las
gallegas jubiladas —188.465 de un total de 192.403— cobra una media de 542
euros y solo las que se retiran antes de la edad mínima superan los 640 euros.
A pesar de que las jubiladas menores de 59 años —una minoría del 2%, unas 2.500
mujeres— superan los 1.600 euros sus prestaciones solo hacen subir la media
global de las pensiones de las jubiladas en apenas cuatro euros, hasta los 546.
Si se compara la cifra con lo que, de media, cobran los jubilados gallegos
—875,5 euros— las prestaciones de las mujeres son un 37,6% inferiores. Ellas sí
reciben más dinero en el caso de las pensiones por viudez (496 euros frente a
los 363 de los hombres), en las que son abrumadora mayoría, ya que las reciben
más de 164.000 mujeres y casi 19.000 hombres. La media que valora la suma de
todo tipo de pensiones otorga 8.901 euros a las mujeres, un 26% inferior a los
12.035 euros de los varones.
Son algunas de las conclusiones del informe A realidade das mulleres en
Galicia: o emprego, o salario e a pensión, que presentó ayer el sindicato
Comisiones Obreras con motivo del Día de la Mujer Trabajadora que se celebra el
próximo 8 de marzo. “Esto tiene que ver con la eventualidad, con los trabajos a
media jornada y con el menor salario que reciben. Hay 188.000 mujeres por
debajo del salario mínimo. La feminización de la pobreza es una realidad hoy”,
analizó la responsable de la Secretaría da Muller de CC OO en Galicia, Mabel
Pérez. Solo 12 de cada 100 empleados en Galicia tienen un contrato a tiempo
parcial, pero de éstos, el 77% corresponden a mujeres. De 499.600 trabajadoras,
101.400 están ocupados a media jornada. La tasa de temporalidad de las mujeres
está cinco puntos por encima de la de los hombres (27,3% frente al 22,4%) y si
esa diferencia se reduce un punto en el sector privado, aumenta casi hasta los
diez puntos en el ámbito público. En lo que se refiere al salario, el de ellas
está un 23% por debajo del de ellos. Por los 15.704 euros anuales que recibe
una mujer de media, un hombre cobra 20.408. La mayor diferencia se encuentra en
el sector de entidades financieras y aseguradoras y de servicios a empresas,
donde supone un 35%, mientras que los salarios más similares se encuentran en
la construcción, en la que las mujeres ocupan “puestos técnicos o
administrativos mejor pagados”. “Con estos datos estamos abocadas a un mayor
índice de pobreza”, insistió Pérez.
La responsable de Muller apuntó como “único dato positivo” que aumente el
número de mujeres en la población activa entre 2005 y 2010 hasta alcanzar las
611.400. La tasa de actividad femenina es del 49, 2% —12 puntos menos que la
masculina—, pero aumentó cinco puntos en los últimos cinco años. La destrucción
de empleo, sin embargo, afectó mucho más a los hombres, ya que en los últimos
cuatro años se perdieron 89.300 trabajos de ellos por 27.900 de las mujeres.
Aunque en los primeros pasos de la crisis el paro afectó más a los hombres —el
sector de la construcción, mayormente masculino, fue el primer perjudicado—, en
el último año el paro femenino creció más: 14.400 nuevas paradas por 13.500
parados hombres. El desempleo afecta a las mujeres de forma muy desigual según
su edad y su formación. El perfil más afectado es el de una joven entre 16 y 24
años (un 36,6% de paro) con estudios de primer ciclo de secundaria, seguidas de
las que tienen estudios superiores, un colectivo con el 28,9% de paro.
Reforma antifemenina
La reforma laboral va a “empeorar las condiciones”
de las mujeres, incidió Pérez, que cree que la posibilidad de hacer “horas
extra sin control” en los contratos a tiempo parcial “va a perjudicar
gravemente a las mujeres”, que copan el 77% de este tipo de empleos, porque es
“una vía para el fraude”. “Sus repercusiones van a ser graves”, dijo.
La secretaria avisó también de que
se está produciendo “una vuelta atrás en los derechos de la ciudadanía” por,
entre otros, la desaparición de la asignatura de Educación para la ciudadanía y
la anunciada reforma de la ley de aborto. Al hilo de esto, cargó contra la
diputada del PP que relacionó el aborto y la píldora del día después con el de
infecciones de transmisión sexual “sin ningún dato que sostenga esa opinión”.
“Es un ataque que tiene que ver con la moral cristiana a la que poco tienen que
agradecer las mujeres. No vamos a consentir esa línea marcada por la Iglesia
más reaccionaria”, retó. Denunció también a la política neoliberal le
“conviene” que las mujeres se queden en casa porque dejan trabajo a los hombres
y se ahorra dinero en políticas sociales.
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