ELPAÍS.com / EFE - Berlín
Tempelhof, el aeropuerto más viejo de Europa, echa el cierre. Orgullo de Hitler y punto de fuga de la resistencia aliada durante el bloqueo llevado a cabo por los soviéticos sobre Berlín entre junio de 1948 y mayo de 1949, el último avión despegó de sus pistas anoche entre aplausos, abucheos y acordes de swing. Después de 31.068 días de vida, las hélices de un Douglas DC-3, un candybomber (bombardero de golosinas), dejaban atrás, luces apagadas, el recuerdo de más de 80 años de historia.
La clausura de Tempelhof quedó sentenciada hace tiempo por Klaus Wowereit, alcalde berlinés, por deficitario y obsoleto, pero aun así esta última jornada ha estado envuelta en nostalgia. El intento de salvar sus cimientos fracasó en abril de este año tras una consulta popular. En el viejo aeropuerto confluyen varios capítulos de la historia más oscura y heroica de la ciudad. Sus instalaciones son, para la memoria colectiva berlinesa, el aeropuerto que resistió al bloqueo soviético entre el 26 de junio de 1948 al 12 de mayo de 1949.
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