Visitar uno de los monumentos más representativos de la Roma tendrá dentro de unos meses un nuevo aliciente. A partir de finales de verano, se abrirán al público el subsuelo del Coliseo, lugar donde se entrenaban los gladiadores y en el que permanecían los animales antes de los espectáculos, la arena del circo, varias de las galerías y la parte superior del monumento, que han permanecido cerradas durante varios años.
Junto a este anuncio, los conservadores del monumento han resaltado la necesidad de desarrollar un ambicioso proyecto de protección para paliar las agresiones que sufre el Coliseo, que recibe la visita de 6 millones de personas al año y recibe las vibraciones del tráfico de una de las principales avenidas de la ciudad.
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