martes, 18 de maio de 2010

Mi vida con el velo


ÁLVARO CORCUERA
EL PAIS SEMANAL - 16-05-2010

Cada persona con su estilo, antes de salir de casa, elige la ropa que vestirá. Si preguntamos a una musulmana por la cantidad de hiyabs o pañuelos islámicos que tiene, es probable que sonría, con menor o mayor pudor, al repasar mentalmente su armario. "Muchísimos", reconocerá alguna. El hiyab no es una prenda que escape al consumismo y la coquetería en el vestir.

El caso de Najwa no es el primero en España. Con las menores Shaima Saidani en 2007 en Girona, y Fátima Elidrisi en 2002 en Madrid sucedió lo mismo. ¿Son los inicios de un largo proceso ya vivido por otros países europeos? ¿Es necesario crear nuevas leyes o la Constitución es suficiente? ¿Qué les pasa a los musulmanes? ¿No se integran? ¿O no son aceptados? Las preguntas, los argumentos, los matices y las opiniones son infinitas. En Francia prohibieron por ley en 2004 todos los símbolos religiosos en escuelas e institutos, y ahora debaten impedir el uso del burka por la calle. En Bélgica, otra ley aprobada a finales de abril multará a las mujeres que salgan a la calle con la cabeza cubierta con niqab o burka. La primera prenda tapa desde la cabeza hasta la rodilla, dejando una rendija para los ojos. La segunda es afgana y tapa completamente el cuerpo, permitiendo la visión sólo a través de una tupida rejilla.

¿Puede una niña tomar una decisión de ese tipo a los 11 años? Según Cobo, no: "Queremos aquello en lo que somos socializadas. Y más una cría de 14, 15 o 16 años. ¿Querían las niñas de hace un siglo no estudiar una carrera universitaria? ¿O era un mandato de la sociedad? ¿Querían las niñas católicas llevar un velo en la iglesia? Ni lo querían, ni no lo querían. Sencillamente, lo llevaban. ¿Qué elección hay cuando una comunidad pone en funcionamiento sus mecanismos de control social para decirte que te comportes, que te vistas, que tengas unas actitudes, creencias y valores acordes con sus principios?". Preguntas que Cobo también aplica, en justicia, a Occidente: "Las mujeres occidentales tenemos la obligación de hacer una crítica al velo, pero también de exigir a estas mujeres que nos critiquen a nosotras sobre nuestras costumbres. Del corazón de Occidente ha nacido, por ejemplo, el canon de belleza al que las mujeres, en mucha mayor medida que los hombres, nos tenemos que acomodar". Yusra lo tiene claro: "¿Por qué hay anuncios con mujeres medio desnudas? Eso es una sumisión a la moda. El hiyab es mi libertad. En España hay una ley que permite el matrimonio homosexual. Yo la respeto. ¿Por qué no se me respeta a mí?".

A la hora del matrimonio, el islam dice que los dos tienen que ser musulmanes. Si uno no lo es, debe convertirse. "Pero tiene todo el sentido del mundo. Aunque fuera lo contrario, sería difícil por una cuestión de afinidad. La educación de los hijos, la convivencia? Son muchas cosas", señala Laila Rattab. Quedamos con ella en uno de tantos bares de la ciudad donde es culto tomarse una caña y comer una tapa de jamón ibérico. Dos manjares a las que ella ha renunciado por sus creencias, pero que respeta plenamente. Nacida en España de padres marroquíes, tiene 25 años. Cuando consigue romper un tópico, se parte de risa: "El islam es abierto. Dentro del matrimonio no se practican relaciones sexuales con el único objetivo de tener hijos. Se permiten los anticonceptivos. No somos como nos pintan. ¡Que parecemos unos reprimidos!".

Debido a la "conciencia y deber" religiosos, Zainab el Kach, marroquí de 24 años, lleva hiyab desde los 11. Emigró con sus padres hasta Madrid desde Larache, una localidad del Norte, a unos 150 kilómetros de España. Está a punto de acabar la carrera de Periodismo. Se expresa con destreza. Para ella, el mensaje del islam no tiene nada de desigual entre hombres y mujeres. "Creo que se confunde lo tradicional con los valores religiosos. Pero a lo mejor el islam ha ido acumulando cargas que la religión en sí no tiene. Pienso que el problema es que siempre hablan los hombres en nuestro nombre. Yo preferiría que hablásemos nosotras. El machismo existe en los países árabes. Pero es por la cultura y la tradición que hay que erradicar. Y por la situación socioeconómica. En Marruecos hay un 55% de analfabetismo. Hace nada era del 70%. Ese es el verdadero mal", señala. Zainab recuerda: "En España también hay machismo. La principal prueba es que se creó un Ministerio de Igualdad".

Dos catedráticos de derecho Constitucional ejemplifican los dos escenarios. Marc Carrillo, de la Universitat Pompeu Fabra, cree que "si el Estado no puede exhibir símbolos religiosos (como el crucifijo cristiano) en la escuela, tampoco lo pueden hacer los ciudadanos en el mismo espacio". Para Carrillo, "permitir el velo islámico o cualquier símbolo religioso en la escuela no debería tener amparo en los tribunales". Sin embargo, Gerardo Ruiz-Rico, de la Universidad de Jaén, opina lo contrario: "Con la doctrina que ha mantenido hasta ahora el Tribunal Constitucional habría argumentos suficientes para obtener la tutela judicial contra la expulsión o la decisión de apartar a esta niña de su clase. La Constitución protege expresiones personales de libertad religiosa como la decisión de llevar velo en los espacios públicos".

Imane lleva pañuelo desde los 23. Se lo pensó durante mucho tiempo, debido a que trabaja en una farmacia. Nacida en Madrid, de padres marroquíes, dudaba y dudaba. Pero un verano, de viaje por Holanda, se miró al espejo y volvió con el hiyab en la cabeza para siempre: "Mi jefa estuvo quince días sin dirigirme la palabra. La gente me decía ?dile algo, pídele perdón?. Pero yo no estaba haciendo nada malo. Con el tiempo se dio cuenta de que yo era la misma persona". Más allá de señalar a un culpable, lo sucedido entre Imane y su jefa es una situación real con la que se encuentran muchas musulmanas. Desde la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME), Kamal Rahmouni muestra su preocupación porque "elhiyab puede repercutir en la posibilidad de tener una vida laboral normal". En la Federación Musulmana de España, su presidente, Yusuf Fernández, alaba el modelo británico: "En Inglaterra hay mujeres policías que llevan hiyab. La diversidad es positiva".

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