Momentazo. Enrique Villareal, El Drogas, se planta en el centro del escenario del teatro Lara con una maleta de viaje. De cara curtida en el rock, aros en las orejas, pañuelo pirata en la cabeza y deportivas, el cantante de Barricada abre la bolsa y saca, uno a uno, 24 de los más de ochenta libros que se ha leído estos tres últimos años.
Todos son sobre la Guerra Civil y los represaliados por la dictadura franquista. Mi mamá me mima, de Luis Otero; 13 rosas rojas, de Carlos Fonseca; Desde la noche y la niebla, de Juana Doña... A sus 50 años, El Drogas no ha sido mucho de leer. Lo suyo siempre ha sido el rock callejero, las giras y los decibelios. Hasta que "por casualidad" cayó en sus manos La voz dormida, el libro de Dulce Chacón. "Para nosotros ha sido una frustración saber con 50 años las cosas tan terribles que ocurrían a pocos metros de nuestras puertas de casa", decía ayer El Drogas. "Nos hemos enterado tarde pero ahora no hay quien nos calle".
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