El Reina Sofía inaugura una muestra con los proyectos que repensaron la urbe en Chile y Brasil desde los años treinta
Querían que la ciudad fuera un juego y que otras formas organizasen el espacio. Querían alejarse de la razón europea y estar más cerca de la imaginación y las estructuras de la poesía. Los arquitectos brasileños Flavio Carvalhoy Lina Bo Bardi, y la escuela chilena de Valparaíso, influenciados por el suizo Le Corbusier, intentaron crear una ciudad utópica entre las décadas de los treinta y los setenta del siglo XX en Brasil y Chile. Hasta que los golpes de estado en estos países pusieron fin a sus sueños.
La muestra Desvíos de la deriva: experiencias, travesías y morfologías, instalada en la antigua biblioteca del Museo Reina Sofía de Madrid hasta el 23 de agosto, recoge algunos de los trabajos de estos artistas. Las comisarias Lisette Lagnado, de Brasil, y María Berríos, de Chile, han reunido más de 400 piezas entre las que hay dibujos, planos y fotografías de proyectos que nunca se llevaron a cabo, como el Palacio Municipal de São Paulo, y otros que sí se edificaron, como la casa de Flavio Carvalho en Valinhos (São Paulo), de 1956, o el pabellón brasileño de la exposición universal de Bruselas en 1958, de Sergio Bernandes. También se incluyen algunas de las obras de Le Corbusier.
"La muestra es el resultado de una reflexión sobre dónde está el progreso ahora que, además, se han cumplido 50 años de la construcción de Brasilia", explicó la comisaria Lagnado.
La exposición, cuyo excelente montaje se debe a Aurora Herrera, se ha conformado con dos entradas, lo que posibilita dos recorridos. En una de ellas, el visitante se topa con un artículo sobre la bomba atómica, símbolo de la huida de Le Corbusier a Latinoamérica y de cómo las utopías de la modernidad europea fueron malogradas por las guerras.
En relación a los motivos para unir Chile y Brasil, Lagnado apuntó más a las diferencias entre ambos países que a las semejanzas. "Chile representa la frontera, mientras que Brasil es el continente. Le Corbusier también tuvo una relación distinta con ellos. Brasil era la modernidad y Chile siempre se movió más en la ambigüedad", comentó Lagnado. En la muestra se observan también las referencias a las máscaras y la teatralidad, como el proyecto de Carvalho del faro de Colón, en República Dominicana.
Ecología y utilidad
La comisaria adjunta, Marías Berríos, destacó a su vez las "propuestas protoecológicas" de muchas de las ideas de la escuela de Valparaíso. En ella "se buscaba la fusión con la naturaleza, relacionar aún más la ciudad con el viento y el mar que le rodea", añadió Berríos. Había en estas construcciones también un deseo por relacionar "la ecología y la poesía, basadas en un utilitarismo" del espacio, según manifestó el director del museo, Manuel Borja-Villel.
A pesar de que la mayoría de estos proyectos sólo pueden entenderse como arquitectura en papel, para María Berríos "la invisibilidad por su marginalidad también es una forma de acción".
Fueron proyectos utópicos, que se convirtieron en distopías. Muy alejados, eso sí, de la idea actual de la ciudad como parque temático. "Aquellos arquitectos construyeron para jugar; hoy se hace para que gastemos", reflexionó Borja-Villel.
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