PILAR BONET - Moscú
El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, emitió ayer un juicio político oficial sobre la figura de Josif Stalin, al que consideró culpable de imperdonables crímenes contra su pueblo. Pese a la inequívoca valoración en una entrevista en el diario Izvestia, el jefe del Estado dejó a sus conciudadanos la libertad y el "derecho" de amar u odiar al personaje que lideró la URSS durante la II Guerra Mundial. Rusia celebra el domingo el 65º aniversario de la victoria en aquella contienda. Con sus declaraciones, Medvédev ha tomado partido por los oponentes de Stalin en la polémica sobre si Rusia debe rendirle homenaje.
"La Guerra Patria [como se conoce en Rusia la II Guerra Mundial] fue ganada por nuestro pueblo y no por Stalin", dijo Medvédev, según el cual "Stalin cometió crímenes masivos contra su propio pueblo y a pesar de que trabajó mucho, a pesar de que bajo su dirección el país logró éxitos, lo que hizo con su pueblo es imperdonable". El presidente distinguió entre "actitudes personales" y la "valoración de Estado" y dijo que las primeras no podían influir en la segunda. Tras señalar que Stalin "no despierta ninguna emoción cálida en el mundo", puntualizó que "en ningún caso se puede afirmar que el estalinismo regresa a nuestra vida cotidiana. Eso no sucede ni sucederá".
Qué gentuza tan ingrata. Si Stalin viviera no se atreverían a chistar y estarían agradecidos por salvarlos, liderando personalmente, la guerra contra los nazis y convirtiendo a Rusia en una superpotencia.
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