Solo podía comer cuando él estaba en casa. La violaba, insultaba y pegaba de forma reiterada. La obligaba a ponerle las zapatillas, a lavar y planchar la ropa para después revolverla y a servirle agua siempre que tenía sed. Durante ocho meses, Aquilino O. D., de 47 años, presuntamente retuvo y maltrató en su piso de Barakaldo (Vizcaya) a una joven marroquí de 21 años a la que había contratado como asistenta. "La trataba como a una esclava", describen fuentes de la investigación, abierta después de que la chica denunciara en un descuido de su supuesto captor.
Pero Aquilino, que fue detenido el martes, no actuó solo. Contó con la colaboración de un amigo, Ramón, de 59 años, y de su propio hijo, un joven de 17. Según la Ertzaintza, ambos, ahora imputados en la causa, sabían lo que ocurría en el céntrico piso de la localidad con mayor población de Euskadi -100.000 habitantes-, tras las tres capitales y "no hicieron nada por evitarlo". De hecho, solían vigilar a la joven cuando Aquilino O. D. no estaba en casa.
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