EL PAÍS - Sociedad - 20-06-2010
Diez Padres Nuestros y diez Aves Marías. 75 miligramos de Ludiomil diarios y otros 20 de Dogmatil. Àngel Llorent se sometió durante 10 años a este tratamiento para dejar de ser gay. "Tenía que rezar si veía a un chico guapo en la calle", explica este catalán que quería ser heterosexual porque creía que estaba enfermo. Dejó su trabajo y a sus amigos. Cambió de vida. Por un tiempo fue un ex gay. No funcionó. Intentó suicidarse.
La cura, que le aplicaron hace una década, también consistía en tener sexo con mujeres y no ver pornografía. Àngel lo dejó y ahora es lo que se llama un ex ex gay y trabaja contra las terapias reparativas que curan la homosexualidad. "Busqué un psiquiatra particular de la comunidad evangélica de Barcelona porque no me aceptaba. En las consultas intentaba reafirmar mi masculinidad pero al no tener efecto empezó a medicarme para bajar mi libido. Era una castración química", cuenta Àngel, miembro de la Asociación Cristiana de Gays y Lesbianas de Cataluña.
Ningún comentario:
Publicar un comentario