La explosión de una bomba que data de la II Guerra Mundial ha matado a los tres artificieros que trataban de desactivarla en una localidad del centro de Alemania. Otros seis expertos en desactivación de explosivos han resultado heridas, dos de ellas en estado grave aunque su vida no corre peligro y cuatro leves. Los hechos ocurrieron ayer en pleno centro de la histórica ciudad universitaria de Göettingen (Gotinga en castellano, situada en la Baja Sajonia y con 130.000 habitantes), donde se descubrió, durante unas obras de construcción, un proyectil aéreo aliado de 500 kilogramos de fabricación estadounidense a siete metros de profundidad.
La bomba obligó a evacuar a mas de 7.000 personas de los edificios cercanos, cuyo desalojo no había finalizado en el momento de la deflagración, ocurrido horas después del hallazgo. Al lugar acudió un equipo de 13 artificieros para hacerse cargo de la situación. El artefacto explotó de forma inesperada y por causas que se desconocen a las 21.30, cuando los artificieros intentaban desactivarla y mientras las autoridades llevaban a cabo el desalojo. Sobre las causas de la explosión, el portavoz del Ayuntamiento de Göettingen no ha querido confirmar los rumores según los cuales había sido una explosión de gas la que ha propiciado al estallido de la bomba.
A pesar de que la II Guerra Mundial terminó hace 55 años, cada año se siguen encontrando en el subsuelo de las ciudades alemanas -y en otras zonas de Europa- decenas de proyectiles sin explotar de las decenas de miles que fueron lanzados en la contienda por las potencias del Eje y por los aliados. En España también quedan bombas de la Guerra Civil. Sin embargo, es raro que este hecho casi cotidiano, que obliga a frecuentes evacuaciones masivas, acabe cobrándose víctimas.
La semana pasada fueron desalojadas de sus viviendas mas de 9.000 personas en un barrio residencial al sur de Berlín tras el descubrimiento de otro artefacto de 500 kilos, que pudo ser desactivado sin problemas. Tan sólo los artificieros de la capital alemana recogen y desactivan anualmente entre 25 y 40 toneladas de bombas, granadas y otra munición que quedó enterrada en el subsuelo de la ciudad tras el conflicto bélico. El Senado de Berlín presume que bajo la capital alemana se encuentran enterradas aun unas 3.000 bombas aéreas de mas de 250 kilos cada una.
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