Las trayectorias vitales de estos dos grandes fotógrafos de la guerra civil
convergieron en cuatro momentos, pero sus situaciones eran radicalmente
diferentes
Hèctor Mariñosa/Jose Oliva (EFE) MADRID 20/05/2012
Foto de Centelles na que aparece Robert Capa, cámara en man,tras o xefe de goberno Juan Negrín |
Las
fotografías inéditas de Agustí Centelles en las que captó la imagen del célebre
fotoperiodista Robert Capa en 1938 mientras ambos cubrían la salida de las
Brigadas Internacionales de Barcelona lleva también la mirada a la divergente
historia vital de los dos principales fotógrafos de la Guerra Civil.
Robert Capa
era ya entonces un célebre y cotizado fotógrafo internacional, que publicaba
con su firma en las más importantes publicaciones del mundo, como la revista Life,
mientras Centelles trabajaba como "free lance", sin que figurara su
nombre en sus obras fuera de España, y sin el reconocimiento de su colega
húngaro.
Y ello pese
a que su instantánea de 1936 de tres guardias de asalto disparando detrás de
unos caballos muertos en Barcelona fue portada de News-Week y de Paris-Soir,
y se ha convertido con el tiempo en una de las imágenes icónicas de la
contienda, junto a la del miliciano caído en Cerro Muriano de Capa, cuya
autenticidad ha sido puesta en duda.
El
fotoeditor Joaquín D.Gasca, comisario de la exposición "Centelles
in-edit-oh!" que se exhibió el pasado año en Nueva York, comenta que son las
historias de "un triunfador y un perdedor", la de un
"fotógrafo rico" que disfrutaba del mejor material y de disponibilidad
para viajar por todo el mundo, y de un "fotógrafo pobre" que tuvo que
comprar su cámara Leica a plazos.
"Ahora
descubrimos -resalta Gasca- que el fotógrafo anónimo hacía unas fotografías
con tanta fuerza como el conocido, que es un icono de la fotografía
mundial", y que la obra de Centelles llegó a través de las agencias a
decenas de publicaciones internacionales.
Cuatro
encuentros documentados
Con su
encuentro en Barcelona, está documentada la coincidencia de Capa y Centelles en
tres escenarios distintos de la Guerra Civil española, y sus caminos volverían
a confluir aún en marzo de 1939 en el campo de concentración francés de Bram,
donde Centelles estaba recluido y al que Capa acudió para hacer un reportaje.
Allí, ambos
fotografiarían el cementerio del campo, Capa mostrando una hilera de cruces en
presencia de un gendarme, mientras Centelles lleva a sus compañeros para que
rindan homenaje a los fallecidos.
La diferencia
entre ambos fotoperiodistas a la hora de enfocar su objetivo, opina Gasca, es
que "Centelles está fotografiando 'su' guerra" y en este sentido
"es muy próximo a los personajes que muestra y es 'cómplice' de las
imágenes", con las que sabe captar "el sentimiento y el
dramatismo" que envuelve la guerra.
En cambio,
considera que Capa "es muy frío o muy cínico", y consigue la fuerza
en sus imágenes gracias a su dominio de la técnica y la plástica. Robert
Capa siguió su senda estelar, cubrió los principales escenarios bélicos de
la II Guerra Mundial, fundó junto a otros fotógrafos consagrados la agencia
Magnum en 1947 y tuvo entre sus amistades a Pablo Picasso, Ernest Hemingway y
John Steinbeck, hasta su fallecimiento en 1954 al pisar una mina en Indochina.
Fue
en los últimos años de su vida cuando Centelles obtuvo un cierto
reconocimiento, con la edición de libros y organización de exposiciones con
su obra, hasta que en 1984, un año antes de su muerte, recibió el Premio
Nacional de las Artes Plásticas. En el legado de Centelles, que sus hijos
cedieron al Centro Documental de la Memoria Histórica, "hay todavía muchas
historias que encontrar", subraya Joaquín Gasca, por lo que se están
revisando exhaustivamente todas sus fotografías, que aún revelan momentos
únicos de la historia, como la "captura" aparentemente casual de
Robert Capa por el que ha sido denominado "el Capa español".
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