luns, 14 de maio de 2012

La obra inédita de Virxilio Fernández se exhibe en Ourense


Novacaixagalicia abre una muestra antológica con pinturas nunca expuestas
Feira de Tamallancos (1994)
Un Virxilio Fernández (Ourense, 1925-2011) familiar pero al mismo tiempo desconocido se descubre a partir de hoy en el centro social Novacaixagalicia de Ourense que inaugura hoy una exposición antológica que repasa la trayectoria del pintor desde sus inicios hasta los últimos años de su producción. La gran novedad es que un 80% de las obras expuestas nunca se habían exhibido con anterioridad, ya que pertenecen a coleccionistas particulares que han cedido por primera vez las piezas para esta muestra que coordina la propia hija del pintor, Gabriela Fernández.
“Creo que la exposición le habría gustado a mi padre porque incluso he dejado de lado mi propio gusto personal para hacer las cosas como a él le hubiesen gustado. Creo que ahora que no está es cuando hay que ser más fiel y leal a lo que él quería”, explica Fernández. La exposición realiza un recorrido por la obra del pintor ourensano desde los austeros bodegones que pintaba en la década de los 50 hasta los acrílicos, llenos de color, sobre tabla que pintó hasta sus últimos años. A lo largo de la muestra se encuentran ejemplos de los temas más habituales en su producción y que son tan variados como las múltiples caras que presentaba un pintor con una trayectoria artística y vital singular en Galicia. Lo mismo reflejaba en sus cuadros a una cachonda del Paraguay en un desnudo que a un grupo de jazz, escenas de ferias o paisajes diversos de la Galicia rural.
Virxilio empezó su formación como pintor muy joven, a los seis años en la Escuela de Artes y Oficios de su Ourense natal. En 1954 expone por primera vez en el Liceo de esta ciudad y tres años después ingresa en la Escuela Superior de Bellas Artes de París. Se instala allí hasta 1962 aunque regresa todos los veranos a Galicia. Forma parte de O Volter, el grupo de artistiñas auspiciado por el escritor Vicente Risco. del que es el más veterano. A partir de 1974 comienza a trabajar en Alemania. Primero se instala en Berlín, donde prepara exposiciones y obra para galerías que le representan. Continuará por Bonn, Frankfurt y Dusseldorf y también trabaja habitualmente en Bruselas.
En 1980 se traslada a Colonia, ciudad en la que monta un estudio y donde pasa largas temporadas hasta el año 2007. A lo largo de su carrera realiza gran cantidad de carteles para distintos eventos. Además, fue ilustrador de libros desde sus comienzos hasta su muerte. Por ejemplo, dibuja los capitulares, colofones y viñetas para la Gran Enciclopedia Galega. Su obra está representada en todos los museos de Galicia, así como en centros e instituciones públicas y privadas de Europa.
Aunque algunos le han puesto la etiqueta de “pintor de la Galicia postindustrial”, Gabriela Fernández confiesa que no sabe que significa exactamente eso y que su padre lo que hizo fue reflejar en sus cuadros los mundos que conocía, desde la Galicia rural hasta los ambientes de las ciudades alemanas en las que vivió a lo largo de su vida. “Mi padre no fue sólo un pintor costumbrista, él iba y volvía a los temas. Por ejemplo, en los 90 vuelve sobre los chaos de Amoeiro, que ya había pintado en otra etapa”.

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